Gefunden 94 Ergebnisse für: santa

  • Nuestra Casa santa y gloriosa, donde te alababan nuestros padres, ha sido presa de las llamas, y todo lo que teníamos de precioso se ha convertido en una ruina. (Isaías 64, 10)

  • Pero ustedes, los que han abandonado al Señor y se han olvidado de mi santa Montaña, los que preparan una mesa para la Fortuna y llenan una copa para el Destino, (Isaías 65, 11)

  • El lobo y el cordero pacerán juntos, el león comerá paja como el buey y la serpiente se alimentará de polvo: No se hará daño ni estragos en toda mi Montaña santa, dice el Señor. (Isaías 65, 25)

  • Ellos traerán a todos los hermanos de ustedes, como una ofrenda al Señor, hasta mi Montaña santa de Jerusalén. Los traerán en caballos, carros y literas, a lomo de mulas y en dromedarios -dice el Señor- como los israelitas llevan la ofrenda a la Casa del Señor en un recipiente puro. (Isaías 66, 20)

  • ¡Emprendan contra ella una guerra santa! ¡De pie, subamos al asalto en pleno mediodía! ¡Ay de nosotros, porque declina el día, se alargan las sombras del atardecer! (Jeremías 6, 4)

  • En cuanto a ti, profetiza contra ellos todas estas palabras. Tú les dirás: El Señor ruge desde lo alto, desde su santa morada alza su voz; ruge con furia contra su redil, lanza un grito como los que pisan la uva contra todos los habitantes de la tierra. (Jeremías 25, 30)

  • Así habla el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: De nuevo se dirá esta palabra en el país de Judá y en sus ciudades, cuando yo haya cambiado su suerte: ¡Que el Señor te bendiga, morada de justicia, Montaña santa! (Jeremías 31, 23)

  • ¡Levanten un estandarte en el país, toquen la trompeta entre las naciones! Convoquen a las naciones para la guerra santa, recluten a los reinos contra ella: a Ararat, Miní y Asquenaz. Designen oficiales para el reclutamiento, hagan avanzar los caballos como langostas erizadas. (Jeremías 51, 27)

  • Mira, Señor, desde tu santa morada y piensa en nosotros; inclina tu oído y escucha; (Baruc 2, 16)

  • Porque en mi santa montaña, en la santa montaña de Israel -oráculo del Señor-, allí me servirá todo el pueblo de Israel, congregado enteramente en el país. Allí los recibiré con agrado y aceptaré sus ofrendas, lo mejor de sus contribuciones y los dones que me consagren. (Ezequiel 20, 40)

  • Yo había hecho de ti un querubín protector, con sus alas desplegadas; estabas en la montaña santa de Dios y te paseabas entre piedras de fuego. (Ezequiel 28, 14)

  • Cuando ustedes hagan el sorteo para repartirse el país en herencia, reservarán un tributo para el Señor, una fracción santa de territorio, de doce mil quinientos metros de largo por diez mil de ancho. Ese territorio será santo en toda su extensión. (Ezequiel 45, 1)


“O amor tudo esquece, tudo perdoa, sem reservas.” São Padre Pio de Pietrelcina