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  • y la mayor parte de los hermanos, a quienes mis cadenas han devuelto el coraje en el Señor, se han animado a proclamar sin temor la Palabra de Dios. (Filipenses 1, 14)

  • Por otra parte, tengo confianza en el Señor de que pronto podré ir personalmente. (Filipenses 2, 24)

  • Ahora me apresuro a enviárselo, a fin de que su presencia los llene de gozo, y yo, por mi parte, quede menos triste. (Filipenses 2, 28)

  • Nosotros, por nuestra parte, no cesamos de dar gracias a Dios, porque cuando recibieron la Palabra que les predicamos, ustedes la aceptaron no como palabra humana, sino como lo que es realmente, como Palabra de Dios, que actúa en ustedes, los que creen. (I Tesalonicenses 2, 13)

  • En efecto, ustedes, hermanos, siguieron el ejemplo de las Iglesias de Dios, unidas a Cristo Jesús, que están en Judea, porque han sufrido de parte de sus compatriotas el mismo trato que ellas sufrieron de parte de los judíos. (I Tesalonicenses 2, 14)

  • Nosotros, por nuestra parte, siempre debemos dar gracias a Dios, a causa de ustedes, hermanos amados por el Señor. En efecto, Dios los eligió desde el principio para que alcanzaran la salvación mediante la acción santificadora del Espíritu y la fe en la verdad. (II Tesalonicenses 2, 13)

  • Que las mujeres, por su parte, se arreglen decentemente, con recato y modestia, sin usar peinados rebuscados, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos. (I Timoteo 2, 9)

  • Piensa en lo que te digo, y el Señor, por su parte, te ayudará a comprenderlo todo. (II Timoteo 2, 7)

  • El que sirve al Señor no debe tomar parte en querellas. Por el contrario, tiene que ser amable con todos, apto para enseñar y paciente en las pruebas. (II Timoteo 2, 24)

  • Por mi parte, yo he experimentado una gran alegría y me he sentido reconfortado por tu amor, viendo cómo tú, querido hermano, aliviabas las necesidades de los santos. (Filemon 1, 7)

  • Cuando la tierra es regada por abundantes lluvias y produce una buena vegetación para los que la cultivan, recibe de Dios su parte de bendición. (Hebreos 6, 7)

  • y Abraham le entregó la décima parte de todo el botín. El nombre de Melquisedec significa, en primer término, «rey de justicia»; y él era, además, rey de Salém, es decir, «rey de paz». (Hebreos 7, 2)


“De que vale perder-se em vãos temores?” São Padre Pio de Pietrelcina