Fundar 107 Resultados para: Dije

  • Dije: «Dios mío, tengo vergüenza y confusión. Dios mío, no me atrevo a levantar a ti mis ojos, porque nuestros pecados se han multiplicado por encima de nuestra cabeza y nuestros crímenes han crecido hasta el cielo. (Esdras 9, 6)

  • Y dije: «¡Ah, Yavé, Dios del Cielo, tú eres grande y temible! Tú guardas tu alianza y tu fidelidad a los que te aman y cumplen tus mandamientos. (Nehemías 1, 5)

  • Yo quedé indeciso. Y dije: «Viva por siempre el rey. ¿Cómo no he de tener tristeza, cuando la ciudad donde están las tumbas de mis padres se encuentra en ruinas, y sus puertas quemadas?» (Nehemías 2, 3)

  • y le dije al rey: «Si al rey le parece bien y está conforme con mi trabajo, mándeme al país de Judá, a la ciudad en que se encuentran las tumbas de mis padres, para que yo la edifique de nuevo.» (Nehemías 2, 5)

  • El rey me preguntó, estando la reina sentada a su lado: «¿Cuánto tiempo durará tu viaje? ¿Cuándo volverás?» Yo le dije un plazo y él me permitió salir. (Nehemías 2, 6)

  • Entonces les dije: «Ustedes mismos ven la triste situación en que nos encontramos por el hecho de que Jerusalén está en ruinas y sus puertas quemadas. Vamos a levantar de nuevo la muralla de Jerusalén y a terminar con esta situación humillante.» (Nehemías 2, 17)

  • Tenían miedo, pero me levanté y dije a los notables, a los consejeros y al resto del pueblo: «Acuérdense del Señor, grande y formidable, y peleen por sus hermanos, hijos e hijas, por sus mujeres y sus casas.» (Nehemías 4, 8)

  • Les dije a los notables, a los consejeros y al resto del pueblo: «Los trabajos tienen mucha extensión y nosotros estamos repartidos a lo largo de la muralla, lejos uno de otro, (Nehemías 4, 13)

  • También le dije al pueblo: «Todos pasarán la noche en Jerusalén con sus criados. Así haremos guardia de noche y trabajaremos de día.» (Nehemías 4, 16)

  • y les dije: «Nosotros hemos rescatado en la medida de nuestras fuerzas a nuestros hermanos judíos que eran esclavos. ¿Y ahora son ustedes los que compran a sus hermanos?» Se quedaron callados. No tenían qué contestar. (Nehemías 5, 8)

  • Luego les dije: «Se abrirán las puertas de Jerusalén sólo cuando el sol comience a calentar; y cuando todavía sea de día se cerrarán con cerrojos, mientras los guardias estén en sus puestos. Y durante la noche los habitantes de Jerusalén montarán la guardia, unos en sus puestos, y otros, delante de sus casas.» (Nehemías 7, 3)

  • Me enojé con los consejeros y les dije: «¿Por qué ha sido abandonada la Casa de Dios?» Luego reuní a los levitas y cantores y los puse a trabajar en sus respectivos puestos. (Nehemías 13, 11)


“O santo silêncio nos permite ouvir mais claramente a voz de Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina