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• David tomó la cabeza del filisteo y la llevó a Jerusalén, pero dejó las armas en su propia carpa. (I Samuel 17, 54)

• Cuando David volvió de matar al filisteo, Abner lo llevó a la presencia de Saúl con la cabeza del filisteo en la mano. (I Samuel 17, 57)

• Jonatán llamó a David y lo puso al tanto de todo. Luego lo llevó a la presencia de Saúl, y David quedó a su servicio como antes. (I Samuel 19, 7)

• Luego los llevó a la presencia del rey de Moab, y ellos se quedaron con él todo el tiempo que David estuvo en el refugio. (I Samuel 22, 4)

• David fue a Queilá con sus hombres; atacó a los filisteos, se llevó sus rebaños y les infligió una gran derrota. Así salvó David a los habitantes de Queilá. (I Samuel 23, 5)

• Cuando Abner estuvo de vuelta en Hebrón, Joab lo llevó aparte a un lado de la entrada, como para hablar con él en privado, y allí lo hirió mortalmente en el bajo vientre, a causa de la sangre de su hermano Asael. (II Samuel 3, 27)

• David se apoderó de los escudos de oro que llevaban los oficiales de Hadadézer, y se los llevó a Jerusalén. (II Samuel 8, 7)

• le envió a su hijo Iorám, para saludarlo y felicitarlo por haber hecho la guerra y derrotado a Hadadézer, ya que este era su rival. Iorám llevó consigo objetos de plata, oro y bronce, (II Samuel 8, 10)

• Después David tomó la corona de la cabeza del dios Milcón y comprobó que pesaba un talento de oro. La corona tenía una piedra preciosa que fue colocada sobre la frente de David. Él se llevó también de la ciudad un enorme botín. (II Samuel 12, 30)

• Amnón dijo a Tamar: "Tráeme la comida a la habitación y dame tú misma de comer". Tamar tomó los buñuelos que había preparado y los llevó a la habitación donde estaba su hermano Amnón. (II Samuel 13, 10)

• Joab fue a ver al rey y le llevó la noticia. Entonces el rey llamó a Absalón. Este se presentó ante él, se postró con el rostro en tierra, y el rey lo abrazó. (II Samuel 14, 33)

• David se llevó de allí los huesos de Saúl y los de su hijo Jonatán, y también recogió los huesos de los que habían sido colgados. (II Samuel 21, 13)