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  • Se apoderó de todo el oro y la plata y de todos los objetos que se hallaban en la Casa de Dios, al cuidado de Obededóm; se llevó los tesoros de la casa del rey y algunos rehenes, y se volvió a Samaría. (II Crónicas 25, 24)

  • y este se lo llevó al rey, cuando fue a darle cuenta, diciendo: "Tus servidores hicieron todo lo que les habías encomendado: (II Crónicas 34, 16)

  • El rey de Egipto designó a Eliaquím, hermano de Joacaz, rey de Judá y de Jerusalén, y le cambió su nombre por el de Joaquím. A su hermano Joacaz, Necao lo tomó prisionero y se lo llevó a Egipto. (II Crónicas 36, 4)

  • Nabucodonosor llevó también a Babilonia parte de los objetos de Casa del Señor y los puso en su palacio de Babilonia. (II Crónicas 36, 7)

  • Todos los objetos de la Casa de Dios, grandes y pequeños, los tesoros de la Casa del Señor, y los tesoros del rey y de sus jefes, todo se lo llevó a Babilonia. (II Crónicas 36, 18)

  • Total de los utensilios de oro y plata: 5.400. Todo esto se lo llevó Sesbasar, cuando se permitió a los deportados subir de Babilonia a Jerusalén. (Esdras 1, 11)

  • Además, serán restituidos los utensilios de oro y de plata de la Casa de Dios, que Nabucodonosor sacó del Templo de Jerusalén y llevó a Babilonia, para que todo vuelva a ocupar su lugar en el Templo de Jerusalén y sea depositado nuevamente en la Casa de Dios". (Esdras 6, 5)

  • Cuando llegaron a Ecbátana, Tobías dijo: "Hermano Azarías, llévame directamente a la casa de nuestro hermano Ragüel". El ángel lo llevó y encontraron a Ragüel sentado a la puerta del patio. Ellos lo saludaron primero, y él les respondió: "¡Salud, hermanos, sean bienvenidos!". Y los hizo pasar a su casa. (Tobías 7, 1)

  • Ella fue a preparar la habitación, como se lo había dicho su esposo, llevó allí a Sara y se puso a llorar. Luego enjugó sus lágrimas y le dijo: "¡Ánimo, hija mía! ¡Que el Señor del cielo cambie tu pena en alegría!". Y salió. (Tobías 7, 16)

  • Al terminar la asamblea, Ozías lo llevó a su casa y ofreció un banquete a los ancianos. Y durante toda aquella noche, imploraron la ayuda del Dios de Israel. (Judit 6, 21)

  • Llevo cosido un cilicio a mi piel, tengo hundida la frente en el polvo. (Job 16, 15)

  • Los llevó hasta su Tierra santa, hasta la Montaña que adquirió con su mano; (Salmos 78, 54)


“Pode-se manter a paz de espírito mesmo no meio das tempestades da vida”. São Padre Pio de Pietrelcina