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  • Sí, ya es hora de que repartas este país entre las nueve tribus y media, para que lo posean como herencia. Porque la mitad de la tribu de Manasés, (Josué 13, 7)

  • Su territorio comprendía Iázer, todas las ciudades de Galaad y la mitad del país de los amonitas, hasta Aroer, que está enfrente de Rabbá. (Josué 13, 25)

  • Moisés también había dado una parte a los clanes de la mitad de la tribu de Manasés. (Josué 13, 29)

  • La mitad de Galaad, Astarot y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán, pasaron a los clanes de los hijos de Maquir, hijo de Manasés. (Josué 13, 31)

  • Porque los levitas no tendrán ninguna parte en medio de ustedes, ya que el sacerdocio del Señor es su herencia; y Gad, Rubén y la mitad de la tribu de Manasés ya han recibido, en el lado oriental del Jordán, la herencia que les asignó Moisés, el servidor del Señor". (Josué 18, 7)

  • a los clanes de los otros quehatitas les tocaron en suerte diez ciudades de las tribus de Efraím, de Dan y de la mitad de Manasés. (Josué 21, 5)

  • A los clanes de los gersonitas les tocaron en suerte trece ciudades de las tribus de Isacar, de Aser, de Neftalí y de la mitad de Manasés, en Basán. (Josué 21, 6)

  • De la mitad de la tribu de Manasés les dieron Taanac e Ibleám, cada una con sus campos de pastoreo: dos ciudades. (Josué 21, 25)

  • A los clanes levíticos de los gersonitas les dieron: de la mitad de la tribu de Manasés, Golán en Basán -la ciudad de refugio para los homicidas- y también Astarot, cada una con sus campos de pastoreo: dos ciudades. (Josué 21, 27)

  • Entonces Josué convocó a los rubenitas, a los gaditas y a la mitad de la tribu de Manasés, (Josué 22, 1)

  • Moisés había dado a la mitad de la tribu de Manasés un territorio en Basán, mientras que a la otra mitad, Josué le había asignado una parte junto a sus hermanos, en el lado occidental del Jordán. Además, cuando Josué los envió a sus campamentos, los bendijo, (Josué 22, 7)

  • Así los rubenitas, los gaditas y la mitad de la tribu de Manasés dejaron a los israelitas en Silo, en territorio de Canaán, para regresar a Galaad. Esta era la tierra de su propiedad, donde se habían establecido conforme a la orden que el Señor había dado por intermedio de Moisés. (Josué 22, 9)


“O amor sem temor torna-se presunção.” São Padre Pio de Pietrelcina