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  • Después tomarás la mitad de mis bienes y volverás sano y salvo a la casa de tu padre. Cuando mi mujer y yo hayamos muerto, también recibirás la otra mitad. ¡Ánimo, hijo mío! Yo soy tu padre y Edna es tu madre. Desde ahora y para siempre, estamos unidos a ti lo mismo que a tu hermano. ¡Ánimo, hijo mío!". (Tobías 8, 21)

  • Ragüel le entregó en seguida a Sara, con la mitad de todos sus bienes en servidores y servidoras, en bueyes, carneros, asnos y camellos, en vestidos, plata y utensilios. (Tobías 10, 10)

  • Tobías le respondió: "Padre, ¿cuánto tengo que darle? Aunque le entregara la mitad de los bienes que él trajo conmigo, no saldría perdiendo. (Tobías 12, 2)

  • Tobit le dijo: "Hijo, es justo que se lleve la mitad de lo que trajo". (Tobías 12, 4)

  • Tobías llamó a su compañero y le dijo: "Toma en pago la mitad de lo que has traído, y vete en paz". (Tobías 12, 5)

  • El rey dijo a Ester: "¿Qué tienes, reina Ester? ¿Qué es lo que quieres? ¡Incluso la mitad de mi reino te será concedida!". (Ester 5, 3)

  • y, en el momento de brindar, le dijo: "¿Qué es lo que pides, Ester? Lo que sea, te será concedido. ¿Qué es lo que quieres? Aunque sea la mitad de mi reino, lo tendrás". (Ester 5, 6)

  • Aquel segundo día, en el momento de brindar, el rey volvió a decir a Ester: "¿Qué es lo que pides, reina Ester? Lo que sea, te será concedido. ¿Qué es lo que quieres? Aunque sea la mitad del reino, lo tendrás". (Ester 7, 2)

  • Y tú, Dios mío, los precipitarás en la fosa más profunda. Los hombres sanguinarios y traidores no llegarán ni a la mitad de sus días. Yo, en cambio, confío en ti, Señor. (Salmos 55, 24)

  • pero yo digo: "Dios mío, no me lleves en la mitad de mi vida, tú que permaneces para siempre". (Salmos 102, 25)

  • y puso a su disposición la mitad de sus tropas y los elefantes, ordenándole todo lo que debía hacer, especialmente lo relativo a los habitantes de Judea y de Jerusalén: (I Macabeos 3, 34)

  • El rey, por su parte, tomó consigo la otra mitad del ejército y partió de Antioquía, capital de su reino, el año ciento cuarenta y siete. Después de atravesar el río Éufrates, recorrió las provincias de la meseta. (I Macabeos 3, 37)


“Agradeça sempre ao Pai eterno por sua infinita misericórdia”. São Padre Pio de Pietrelcina