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  • El que se purifica lavará su ropa, se afeitará todo el pelo, se bañará con agua, y quedará puro. Después de esto podrá entrar en el campamento, pero tendrá que permanecer siete días fuera de su carpa. (Levítico 14, 8)

  • Al séptimo día se afeitará todo el pelo -el cabello, la barba, las cejas y todo el resto del pelo- volverá a lavar su ropa, bañará su cuerpo con agua, y quedará puro. (Levítico 14, 9)

  • El que durmió en la casa deberá lavar su ropa, y lo mismo hará el que comió en ella. (Levítico 14, 47)

  • la lepra de la ropa y de las casas, (Levítico 14, 55)

  • El que toque su lecho deberá lavar su ropa, se bañará con agua y será impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 5)

  • El que se siente en un mueble donde se haya sentado ese hombre, deberá lavar su ropa y bañarse con agua, y será impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 6)

  • El que toque el cuerpo del hombre que tiene el flujo, deberá lavar su ropa y bañarse con agua, y será impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 7)

  • Si el enfermo escupe a una persona pura, esta deberá lavar su ropa y bañarse con agua, y será impura hasta la tarde. (Levítico 15, 8)

  • Cualquiera que toque algún objeto que haya estado debajo de él, será impuro hasta la tarde. Y el que transporte ese objeto, deberá lavar su ropa y bañarse con agua, y será impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 10)

  • El que haya sido tocado por alguien que padece de ese flujo y no se haya lavado cuidadosamente las manos, deberá lavar su ropa y bañarse con agua, y será impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 11)

  • Si el hombre que tiene el flujo se cura, contará siete días para su purificación. Entonces lavará su ropa, se bañará en el agua de un manantial, y será puro. (Levítico 15, 13)

  • La ropa o el cuero sobre los que se haya derramado el semen, deberá ser lavado con agua y será impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 17)


“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina