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  • El que haya quemado la vaca lavará su ropa, se bañará con agua y será impuro hasta la tarde. (Números 19, 8)

  • El que recoja las cenizas de la vaca deberá lavar su ropa y será impuro hasta la tarde. Este es un decreto irrevocable para los israelitas y para los extranjeros que vivan entre ellos. (Números 19, 10)

  • La persona pura rociará a la impura el tercero y el séptimo día, y al séptimo la habrá purificado. Esta última lavará su ropa y se bañará con agua, y al atardecer será pura. (Números 19, 19)

  • Este será para ustedes un decreto válido para siempre. Además, el que haga la aspersión con el agua lustral deberá lavar su ropa, y cualquiera que toque el agua lustral, será impuro hasta la tarde. (Números 19, 21)

  • Al séptimo día ustedes lavarán su ropa y quedarán puros. Después podrán entrar en el campamento’". (Números 31, 24)

  • La ropa que llevabas puesta no se gastó, ni tampoco se hincharon tus pies durante esos cuarenta años. (Deuteronomio 8, 4)

  • Él hace justicia al huérfano y a la viuda, ama al extranjero y le da ropa y alimento. (Deuteronomio 10, 18)

  • se quitará su ropa de cautiva y permanecerá en tu casa durante un mes entero, llorando a su padre y a su madre. Sólo después de esto podrás unirte a ella para ser su esposo, y ella será tu mujer. (Deuteronomio 21, 13)

  • Lo mismo harás con su asno, con su ropa y con cualquier otro objeto que pierda tu hermano y que tú encuentres: no podrás despreocuparte de ellos. (Deuteronomio 22, 3)

  • La mujer no se pondrá ropa de hombre, ni el hombre un vestido de mujer: el que lo hace resulta abominable a los ojos del Señor, tu Dios. (Deuteronomio 22, 5)

  • No vestirás ropa tejida de lana mezclada con lino. (Deuteronomio 22, 11)

  • Se la entregarás al ponerse el sol, para que pueda acostarse con su ropa. Así él te bendecirá, y tú habrás realizado una obra de justicia a los ojos del Señor, tu Dios. (Deuteronomio 24, 13)


“Que Nossa Mãe do Céu tenha piedade de nós e com um olhar maternal levante-nos, purifique-nos e eleve-nos a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina