Fundar 126 Resultados para: guardar el sábado

  • Además, algunos tirios que se habían establecido en Jerusalén, hacían entrar pescado y toda clase de mercancías para venderlas durante el sábado a los judíos, en Jerusalén. (Nehemías 13, 16)

  • Yo encaré a los notables de Judá y les dije: "¡Ustedes obran mal profanando el día sábado! (Nehemías 13, 17)

  • Eso mismo hicieron sus padres, y por eso nuestro Dios envió tantas desgracias sobre nosotros y sobre esta ciudad. Al profanar el sábado, ustedes aumentan la ira de Dios contra Israel". (Nehemías 13, 18)

  • Cuando las puertas de Jerusalén estaban en penumbra, antes del sábado, mandé que las cerraran y ordené que no las reabrieran hasta pasado el sábado. Además aposté a algunos de mis hombres junto a las puertas, para que no entrara ninguna carga el día sábado. (Nehemías 13, 19)

  • Pero yo les advertí: "¿Por qué se instalan delante de la muralla? Si lo vuelven a hacer, los haré detener". Desde entonces, ya no volvieron más durante el sábado. (Nehemías 13, 21)

  • Luego ordené a los levitas que se purificaran y fueran a custodiar las puertas, a fin de santificar el día sábado. También por esto, ¡acuérdate de mí, Dios mío, y ten piedad de mí, por tu gran fidelidad! (Nehemías 13, 22)

  • Salmo. Canto. Para el día sábado. (Salmos 92, 1)

  • y muchos israelitas aceptaron el culto oficial, ofrecieron sacrificios a los ídolos y profanaron el sábado. (I Macabeos 1, 43)

  • Un fuerte contingente salió a perseguirlos y logró alcanzarlos. Los cercaron y se dispusieron para atacarlos. Era un día sábado, (I Macabeos 2, 32)

  • Ellos respondieron: "No saldremos, ni obedeceremos la orden real, profanando así el sábado". (I Macabeos 2, 34)

  • Así fueron atacados en pleno sábado, y perecieron los hombres con sus mujeres, sus hijos y el ganado. Eran en total unas mil personas. (I Macabeos 2, 38)

  • Y aquel mismo día resolvieron lo siguiente: "Hagamos frente a todo el que venga a atacarnos en día sábado, para no morir como nuestros hermanos en sus refugios". (I Macabeos 2, 41)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina