Fundar 4172 Resultados para: Ada

  • olas bravías del mar, que arrojan la espuma de sus impurezas; estrellas errantes, a las que est reservada la oscuridad de las tinieblas por toda la eternidad. (Judas 1, 13)

  • Ya profetizó de ellos Henoc, séptimo patriarca después de Adán, diciendo: Mirad, el Señor viene con miles y miles de ángeles (Judas 1, 14)

  • Son murmuradores, descontentos, que viven conforme a sus pasiones; su boca profiere fanfarronadas, adulando a las personas con vistas a su propio interés. (Judas 1, 16)

  • a unos salvadlos, arrancadlos del fuego; a otros, tenedlos compasión, pero con cuidado, aborreciendo hasta la túnica manchada por su cuerpo. (Judas 1, 23)

  • en su mano derecha tenía siete estrellas, y de su boca salía una espada aguda de dos filos; su cara era como el sol que brilla en todo su esplendor. (Apocalipsis 1, 16)

  • Escribe al ángel de la Iglesia de Pérgamo: Esto dice el que tiene la espada aguda de dos filos. (Apocalipsis 2, 12)

  • Pero tengo algo contra ti: tienes secuaces de la doctrina de Balaán, el cual enseñaba a Balac la manera de hacer caer a los israelitas, incitándoles a comer carnes sacrificadas a los ídolos y a fornicar. (Apocalipsis 2, 14)

  • Arrepiéntete, pues de lo contrario iré cuanto antes y lucharé contra ellos con la espada de mi boca. (Apocalipsis 2, 16)

  • Pero tengo esto contra ti: dejas que Jezabel, esa mujer que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis servidores hasta hacerles vivir en la lujuria y comer las carnes sacrificadas a los ídolos. (Apocalipsis 2, 20)

  • y a sus hijos los voy a herir de muerte; de este modo todas las Iglesias sabrán que soy yo el que penetra los sentimientos y los pensamientos, y os daré a cada uno según sus obras. (Apocalipsis 2, 23)

  • Estás diciendo: Yo soy rico, yo me he enriquecido, a mí no me falta nada; y no sabes que eres desdichado, miserable, pobre, ciego y desnudo. (Apocalipsis 3, 17)

  • Los cuatro animales tenían cada uno seis alas, y alrededor y en el interior estaban llenos de ojos. Y repetían sin cesar día y noche: Santo, santo, santo es el Señor, el todopoderoso, el que era, el que es, el que viene. (Apocalipsis 4, 8)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina