Fundar 104 Resultados para: echó

  • cuando asignó su límite al mar para que las aguas no salieran de sus límites, cuando echó los cimientos de la tierra, (Proverbios 8, 29)

  • Echó los fundamentos de doble altura, el alto contrafuerte del muro del templo. (Eclesiástico 50, 2)

  • Ebedmélec tomó consigo a los hombres, entró en el palacio real, en el vestuario del tesoro, tomó unos cuantos trozos de ropas usadas y rotas y se las echó a Jeremías en la cisterna con unas cuerdas. (Jeremías 38, 11)

  • La cisterna en la que Ismael echó los cuerpos de los hombres matados es la que hizo excavar el rey Asá contra Basá, rey de Israel. Ismael, hijo de Netanías, la llenó de cadáveres. (Jeremías 41, 9)

  • y germinó y se hizo una vid desbordante, de poca altura; sus sarmientos tiraban hacia el águila y sus raíces estaban bajo ella. Se hizo una vid, echó ramas, multiplicó los sarmientos. (Ezequiel 17, 6)

  • Echó un ramo robusto, que llegó a ser cetro real. Su tronco sobresalió entre los arbustos, se distinguía por su altura y su abundancia de sarmientos. (Ezequiel 19, 11)

  • Abrieron la puerta, el rey echó una ojeada a la mesa y exclamó en alta voz: "Grande eres, Bel, y no hay en ti engaño alguno". (Daniel 14, 18)

  • Daniel entonces tomó pez, grasa y pelos y lo coció todo junto; hizo luego unas bolas y las echó en la boca del dragón, el cual, en cuanto las tragó, reventó. Y Daniel dijo: "Eso es lo que adoráis". (Daniel 14, 27)

  • Al anochecer, le presentaron muchos endemoniados; y con su palabra echó a los espíritus y curó a todos los enfermos, (Mateo 8, 16)

  • Les estaba hablando así, cuando llegó un personaje importante, se echó a sus pies y le dijo: "Mi hija acaba de morir; pero anda, pon tu mano sobre ella y vivirá". (Mateo 9, 18)

  • Jesús echó al demonio, y el mudo empezó a hablar. Las gentes decían maravilladas: "Jamás se ha visto cosa semejante en Israel". (Mateo 9, 33)

  • Si yo echo los demonios con el poder de Belcebú, ¿con qué poder lo echan vuestros hijos? Por eso ellos mismos serán vuestros jueces. (Mateo 12, 27)


“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina