1. Del maestro de coro. De los hijos de Coré. Para oboes. Cántico.

2. Dios es para nosotros refugio y fortaleza, un socorro en la angustia siempre a punto.

3. Por eso no tememos si se altera la tierra, si los montes se conmueven en el fondo de los mares,

4. aunque sus aguas bramen y borboten, y los montes retiemblen a su ímpetu. (¡Con nosotros Yahveh Sebaot, baluarte para nosotros, el Dios de Jacob!)

5. ¡Un río! Sus brazos recrean la ciudad de Dios, santificando las moradas del Altísimo.

6. Dios está en medio de ella, no será conmovida, Dios la socorre al llegar la mañana.

7. Braman las naciones, se tambalean los reinos, lanza él su voz, la tierra se derrite.

8. ¡Con nosotros Yahveh Sebaot, baluarte para nosotros, el Dios de Jacob!

9. Venid a contemplar los prodigios de Yahveh, el que llena la tierra de estupores.

10. Hace cesar las guerras hasta el extremo de la tierra; quiebra el arco, parte en dos la lanza, y prende fuego a los escudos.

11. «¡Basta ya; sabed que yo soy Dios, excelso sobre las naciones, sobre la tierra excelso!»

12. ¡Con nosotros Yahveh Sebaot, baluarte para nosotros, el Dios de Jacob!





“Aquele que procura a vaidade das roupas não conseguirá jamais se revestir com a vida de Jesus Cristo.” São Padre Pio de Pietrelcina