Löydetty 110 Tulokset: interés propio

  • Pon atención en el que te aconseja: pregúntate primero qué es lo que necesita, porque hablará según su interés. Tal vez trate de conquistarte. (Sirácides (Eclesiástico) 37, 8)

  • No consultes jamás a una mujer sobre su rival; a un cobarde a propósito de la guerra; a un negociante sobre una tasa de interés; a un comprador si vendes algo; a un envidioso si se trata de un agradecimiento; a un flojo sobre algo que hay que hacer; a un jornalero por el fin de su trabajo; a un sirviente holgazán por un trabajo pesado. (Sirácides (Eclesiástico) 37, 11)

  • El hombre sabio instruye a su propio pueblo: uno puede fiarse de los frutos de su inteligencia. (Sirácides (Eclesiástico) 37, 23)

  • ¡No abandones tu corazón a la tristeza, échala y piensa en tu propio fin! (Sirácides (Eclesiástico) 38, 20)

  • Destrozaré a Asur en mi propio país y lo aplastaré en mis cerros; así ustedes se librarán de su yugo y de su carga, que pesa sobre los hombros. (Isaías 14, 25)

  • Todos andábamos como ovejas errantes, cada cual seguía su propio camino, y Yavé descargó sobre él la culpa de todos nosotros. (Isaías 53, 6)

  • A pesar de que hacen de pastores, son perros hambrientos que no se llenan con nada. Son gente incapaz de comprender. Cada uno sigue su propio camino, o busca su propio interés: (Isaías 56, 11)

  • Pues desde el más chico al más grande, todos andan buscando su propio provecho, y desde el sacerdote hasta el profeta son todos unos embusteros. (Jeremías 6, 13)

  • Yo no me sentaba con otros para bromear, sino que, apenas tu mano me tomaba, yo me sentaba aparte, pues me habías llenado de tu propio enojo. (Jeremías 15, 17)

  • Pero nada ves o conoces sino tu propio interés; y esto, derramando sangre, y manteniendo la opresión y la violencia.» (Jeremías 22, 17)

  • despachó en su propio nombre cartas al sacerdote Sofonías, hijo de Masaya, que decían: (Jeremías 29, 25)

  • sino que cada uno morirá por su propio pecado. El que coma uvas agrias sufrirá dentera. (Jeremías 31, 30)


“Enquanto estivermos vivos sempre seremos tentados. A vida é uma contínua luta. Se às vezes há uma trégua é para respirarmos um pouco.” São Padre Pio de Pietrelcina