Löydetty 110 Tulokset: interés propio

  • no de los méritos de alguno, sino de su propio llamado. Y fue entonces cuando se le dijo: El mayor servirá al más joven. (Carta a los Romanos 9, 12)

  • Para unos hay días buenos y días malos, mientras que para otros todos los días son iguales. Que cada uno, pues, siga su propio parecer. (Carta a los Romanos 14, 5)

  • Nosotros, si realmente somos fuertes, debemos cargar con la debilidad de quienes no tienen esa fuerza y no buscar nuestro propio agrado. (Carta a los Romanos 15, 1)

  • Huyan de las relaciones sexuales prohibidas. Cualquier otro pecado que alguien cometa queda fuera de su cuerpo, pero el que tiene esas relaciones sexuales peca contra su propio cuerpo. (1º Carta a los Corintios 6, 18)

  • Hagan como yo, que no busco mi propio interés sino el de los demás, es decir, su salvación, y me esfuerzo por complacer a todos. (1º Carta a los Corintios 10, 33)

  • No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo. (1º Carta a los Corintios 13, 5)

  • y nos ha marcado con su propio sello al depositar en nosotros los primeros dones del Espíritu. (2º Carta a los Corintios 1, 22)

  • Den gracias a Dios que inspira a Tito el mismo interés por ustedes. (2º Carta a los Corintios 8, 16)

  • Ustedes ahora son hijos, por lo cual Dios ha mandado a nuestros corazones el Espíritu de su propio Hijo que clama al Padre: ¡Abbá! o sea: ¡Papá! (Carta a los Gálatas 4, 6)

  • Esa gente les demuestra mucho interés, pero no es para bien; quieren apartarlos de mí y que se interesen por ellos. (Carta a los Gálatas 4, 17)

  • Pues él cambiará nuestro cuerpo miserable, usando esa fuerza con la que puede someter a sí el universo, y lo hará semejante a su propio cuerpo del que irradia su gloria. (Carta a los Filipenses 3, 21)

  • Siempre se trata de cosas que se usan, se desgastan y desaparecen, lo que es propio de mandatos y doctrinas de hombres. (Carta a los Colosenses 2, 22)


“Que o Espírito Santo guie a sua inteligência, faça-o descobrir a verdade escondida na Sagrada Escritura e inflame a sua vontade para praticá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina