Löydetty 174 Tulokset: pavimento de piedras preciosas

  • El atrio grande tenía en derredor tres órdenes de piedras, talladas a escuadra, y uno de vigas de cedro; y lo mismo el atrio interno del templo del Señor y el atrio del palacio. (I Reyes 7, 12)

  • Entró en Jerusalén con un gran séquito de camellos, cargados de aromas y oro en abundancia, y de piedras preciosas; se presentó a Salomón, y le propuso todo lo que pensaba. (I Reyes 10, 2)

  • Luego ofreció al rey cuatro mil kilos de oro, gran cantidad de aromas y piedras preciosas. Nunca más se vio tanta cantidad de aromas como la que la reina de Sabá ofreció al rey Salomón. (I Reyes 10, 10)

  • Y la flota de Jirán, que traía oro de Ofir, había traído también de allí maderas de sándalo y piedras preciosas en gran cantidad. (I Reyes 10, 11)

  • El monarca logró que la plata abundara en Jerusalén como las piedras, y los cedros como los sicómoros en la Sefela. (I Reyes 10, 27)

  • El rey Asá convocó a todo Judá, sin excepción alguna; y se llevaron las piedras y el maderamen con que Basá fortificaba Ramá para fortificar con ello Guibeá de Benjamín y Mispá. (I Reyes 15, 22)

  • tomó doce piedras, una por cada tribu de los hijos de Jacob, a quien había dicho: "Te llamarán Israel", (I Reyes 18, 31)

  • Entonces cayó fuego del Señor y devoró el holocausto, la leña, las piedras y el polvo y secó el agua de la zanja. (I Reyes 18, 38)

  • Miró en derredor, y vio a su cabecera una torta cocida sobre piedras ardiendo y un vaso de agua. Comió, bebió y luego se volvió a acostar. (I Reyes 19, 6)

  • Destruiréis todas las ciudades amuralladas, talaréis todos los árboles frutales, cegaréis todos los manantiales de agua y devastaréis con piedras todos los mejores campos". (II Reyes 3, 19)

  • Demolieron las ciudades y llenaron de piedras los campos fértiles; cegaron todos los manantiales de agua y talaron todos los árboles frutales, hasta que no quedó más que Quir Jareset. Los honderos la cercaron y la atacaron. (II Reyes 3, 25)

  • a los albañiles y a los canteros, para comprar maderas y piedras talladas con que reparar los desperfectos del templo del Señor, y para todo lo que se gastase en el templo en reparaciones. (II Reyes 12, 13)


“É difícil tornar-se santo. Difícil, mas não impossível. A estrada da perfeição é longa, tão longa quanto a vida de cada um. O consolo é o repouso no decorrer do caminho. Mas, apenas restauradas as forças, é necessário levantar-se rapidamente e retomar a viagem!” São Padre Pio de Pietrelcina