Löydetty 174 Tulokset: pavimento de piedras preciosas

  • El rey Acaz arrancó también los paneles de las basas, quitó los aguamaniles y la gran pila de encima de los toros de bronce que lo sostenían, y lo asentó sobre un zócalo de piedras. (II Reyes 16, 17)

  • han echado sus dioses al fuego, porque no eran dioses, sino hechura de manos de hombres, leños o piedras; y por eso los han podido destruir. (II Reyes 19, 18)

  • carpinteros, maestros de obras y albañiles, y para comprar maderas y piedras talladas con que reparar el templo. (II Reyes 22, 6)

  • Destruyó el altar que había en Betel, y el santuario que había construido Jeroboán, hijo de Nabat, el que había inducido a Israel a pecar; hizo pedazos sus piedras, reduciéndolas a polvo, y quemó el cipo sagrado. (II Reyes 23, 15)

  • arqueros hábiles en lanzar piedras y flechas lo mismo con la derecha que con la izquierda. Entre los hermanos de Saúl, de la tribu de Benjamín: (I Crónicas 12, 2)

  • David ordenó que se reunieran todos los extranjeros que había en Israel, y los empleó como canteros en labrar piedras para la construcción de la casa de Dios. (I Crónicas 22, 2)

  • Por eso, según mis fuerzas, he preparado para el templo de mi Dios oro para los objetos de oro, plata para los de plata, bronce para los de bronce, hierro para los de hierro, madera para los de madera, piedras de ónice y de engaste, piedras multicolores, piedras preciosas de toda especie y alabastro en gran cantidad. (I Crónicas 29, 2)

  • Todos los que poseían piedras preciosas se las entregaron a Yejiel, el guersonita, para el tesoro del templo del Señor. (I Crónicas 29, 8)

  • El rey logró que la plata y el oro abundaran en Jerusalén como las piedras, y los cedros tan numerosos como los sicómoros en la Sefela. (II Crónicas 1, 15)

  • Lo recubrió con piedras preciosas como adorno; el oro era oro de Parvaín. (II Crónicas 3, 6)

  • Todos los israelitas, al ver descender el fuego y reposar sobre el templo la gloria del Señor, cayeron rostro a tierra sobre el pavimento, mientras adoraban y alababan al Señor repitiendo: "Porque es bueno, porque es eterno su amor". (II Crónicas 7, 3)

  • La reina de Sabá tuvo conocimiento de la fama de Salomón, y fue a Jerusalén para ponerlo a prueba con enigmas. Iba revestida de poderío y seguida de una gran caravana de camellos cargados de aromas, oro en abundancia y piedras preciosas. Se presentó a Salomón y le planteó todo lo que pensaba. (II Crónicas 9, 1)


“É preciso amar, amar e nada mais”. São Padre Pio de Pietrelcina