Talált 124 Eredmények: Joab

  • Tú sabes, además, lo que me ha hecho Joab, hijo de Sarvia: cómo asesinó a los dos generales del ejército de Israel, Abner y Amasá. Quiso vengarse en tiempo de paz de las muertes que hubo durante la guerra. Con esa sangre, no sólo manchó sus ropas y sus zapatos, sino también mi fama. (1 Reyes 2, 5)

  • El rey Salomón respondió a su madre: «Con esto me pides que le entregue mi reino, pues es mi hermano mayor y lo apoyan el sacerdote Abiatar y Joab, hijo de Sarvia.» (1 Reyes 2, 22)

  • Estas noticias llegaron a oídos de Joab, quien había seguido también el partido de Adonías, aunque no el de Absalón. Se refugió Joab en la Tienda de Yavé y se agarró a los cuernos del altar. (1 Reyes 2, 28)

  • Le dijeron al rey Salomón: «Joab se ha refugiado en la Tienda de Yavé y está al lado del altar.» Salomón mandó decir a Joab: «¿Qué te sucede, que te refugias en el altar?» Y él respondió: «Tengo miedo del rey y me he refugiado junto a Yavé.» Salomón mandó a Banaías, hijo de Yoyada, con esta orden: «Anda y mátalo.» (1 Reyes 2, 29)

  • Entró Banaías en la Tienda de Yavé y le dijo: «El rey manda que salgas fuera.» Joab se negó y declaró: «Aquí moriré.» Banaías llevó la respuesta al rey, diciendo: «Esto he dicho a Joab y esto es lo que me ha respondido.» (1 Reyes 2, 30)

  • El rey le dijo: «Hazlo como él te ha dicho: mátalo y sepúltalo, y con eso me limpiarás a mí y la casa de mi padre de la sangre inocente que derramó Joab. (1 Reyes 2, 31)

  • El castigo de estos crímenes caerá sobre Joab y su descendencia para siempre, mientras que David y su descendencia, su familia y su trono tendrán paz para siempre de parte de Yavé.» (1 Reyes 2, 33)

  • Subió Banaías, hijo de Yoyada y mató a Joab. Lo sepultaron en su casa, en el desierto. (1 Reyes 2, 34)

  • El rey puso al frente de su ejército a Banaías, en lugar de Joab, y puso al sacerdote Sadoc en el puesto de Abiatar. (1 Reyes 2, 35)

  • Cuando David venció a Edom, y Joab, jefe del ejército, subió a sepultar los muertos, mató a todos los varones de Edom, (1 Reyes 11, 15)

  • pues Joab y todo Israel permanecieron allí seis meses hasta exterminar a todos los varones. (1 Reyes 11, 16)

  • Estando en Egipto, Hadad recibió noticias de que David había muerto y que también había muerto Joab, jefe del ejército. Dijo entonces Hadad a Faraón: «Déjame partir para ir a mi tierra.» (1 Reyes 11, 21)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina