Talált 331 Eredmények: Saúl es engañado

  • Y como Saúl desistiera de perseguir a los filisteos, éstos alcanzaron a llegar a su país. (1 Samuel 14, 46)

  • Cuando Saúl se sintió seguro en el trono de Israel, comenzó a combatir con todos los enemigos que tenía a la redonda: con Moab, los amonitas, Edom, Bet-Rejob, los reyes de Sobá y los filisteos; y en cualquier parte que peleaba resultaba vencedor. (1 Samuel 14, 47)

  • Los hijos de Saúl fueron: Jonatán, Isví y Melquisuá. Sus hijas eran: Merob, la mayor, y Micol, la menor. (1 Samuel 14, 49)

  • La esposa de Saúl se llamaba Ajínoam, hija de Ajimás. El jefe de su ejército se llamaba Abner, hijo de Ner, tío de Saúl; (1 Samuel 14, 50)

  • Quis, padre de Saúl, y Ner, padre de Abner, eran hijos de Abiel. (1 Samuel 14, 51)

  • Durante toda la vida de Saúl hubo una guerra muy dura contra los filisteos. Por esta razón, cuando Saúl tenía noticias de algún hombre robusto y valiente, lo incorporaba a su ejército. (1 Samuel 14, 52)

  • Después de esto dijo Samuel a Saúl: «A mí me envió Yavé para consagrarte rey de su pueblo, Israel. Escucha, pues, lo que él te manda decir. Esta es la palabra de Yavé de los Ejércitos: (1 Samuel 15, 1)

  • Saúl convocó al pueblo y le pasó revista en Telam: doscientos mil hombres de infantería de la tribu de Israel y diez mil de Judá. (1 Samuel 15, 4)

  • Avanzó Saúl hasta la capital de Amalec y se escondió en el barranco. (1 Samuel 15, 5)

  • Saúl dijo a los quenitas: «Apártense de los amalecitas, no sea que los haga desaparecer con ellos, ya que ustedes se portaron bien con los israelitas cuando subían de Egipto.» Los quenitas, pues, se apartaron de los amalecitas. (1 Samuel 15, 6)

  • Saúl persiguió a los amalecitas desde Havilá hasta la entrada de Sur, que está al este de Egipto. (1 Samuel 15, 7)

  • Saúl y su gente dejaron con vida a Agag y lo mejor de sus rebaños y ganados, vacunos y corderos gordos; en una palabra, no quisieron condenar a la destrucción nada de lo bueno que había. En cambio sacrificaron lo que no servía o carecía de valor.Entonces Yavé dirigió su palabra a Samuel y le dijo: (1 Samuel 15, 9)


“Que Jesus o aperte sempre mais ao Seu divino coração. Que Ele o alivie no sofrimento e lhe dê o abraço final no Paraíso.” São Padre Pio de Pietrelcina