Talált 89 Eredmények: corona de espinas

  • desde el que lleva la corona y la púrpura, hasta el que se viste con una arpillera, sólo se ve en ellos pasión, envidia, perturbación, agitación, miedo a la muerte, rencor y discordia! (Sirácides (Eclesiástico) 40, 4)

  • Derrama como sal la escarcha por la tierra; el frío la transforma en espinas puntudas. (Sirácides (Eclesiástico) 43, 19)

  • Le puso una corona de oro por encima del turbante, con una inscripción en relieve: "¡Consagrado al Señor!" Era un adorno precioso, una obra espléndida que atraía las miradas de todos. (Sirácides (Eclesiástico) 45, 12)

  • Le atribuyeron el mérito de haber muerto a diez mil, cantaban sus alabanzas bendiciendo al Señor y le ofrecieron la corona. (Sirácides (Eclesiástico) 47, 6)

  • De pie junto al brasero del altar, recibía de manos de los sacerdotes las carnes sacrificadas: sus hermanos formaban una corona a su alrededor como el follaje de los cedros del Líbano, o hacían un círculo en torno a él como troncos de palmeras. (Sirácides (Eclesiástico) 50, 12)

  • Aquel día todo lugar donde había mil parras, valoradas en mil monedas de plata, se cubrirá de zarzas y espinas. (Isaías 7, 23)

  • Se entrará en él con flechas y arcos, porque todo el país no será más que zarzas y espinas. (Isaías 7, 24)

  • Y por miedo a las espinas y a las zarzas, no entrará más en los cerros que antes se cultivaban, porque no serán más que terrenos baldíos. Allí soltarán los bueyes, y los dejarán para las ovejas. (Isaías 7, 25)

  • Pues su maldad arde como fuego, devora zarzas y espinas, y después quema la espesura del bosque, y todos ellos se disipan como se disipa el humo. (Isaías 9, 19)

  • ¡Ay de esa ciudad, pretenciosa corona de los borrachos de Efraím, esplendido adorno de flores marchitas en lo alto del valle fértil! ¡Todos quedan tendidos por el vino! (Isaías 28, 1)

  • Será pisoteada la pretenciosa corona de los borrachos de Efraím. (Isaías 28, 3)

  • ahora espinas y zarzamoras cubren los terrenos de mi pueblo y las casas de vida alegre de la ciudad feliz. (Isaías 32, 13)


“Deus ama quem segue o caminho da virtude.” São Padre Pio de Pietrelcina