Talált 89 Eredmények: corona de espinas

  • La corona quedará en el Templo como un memorial de lo hecho por Helday, Tobías y Josías, el hijo de Sofonías. (Zacarías 6, 14)

  • Después le colocaron en la cabeza una corona que habían trenzado con espinos y en la mano derecha le pusieron una caña. Doblaban la rodilla ante Jesús y se burlaban de él, diciendo: «¡Viva el rey de los judíos!» (Evangelio según San Mateo 27, 29)

  • Lo vistieron con una capa roja y le colocaron en la cabeza una corona que trenzaron con espinas. (Evangelio según San Marcos 15, 17)

  • Los soldados hicieron una corona con espinas y se la pusieron en la cabeza, le echaron sobre los hombros una capa de color rojo púrpura (Evangelio según San Juan 19, 2)

  • Entonces salió Jesús fuera llevando la corona de espinos y el manto rojo. Pilato les dijo: «Aquí está el hombre.» (Evangelio según San Juan 19, 5)

  • En cualquier competición los atletas se someten a una preparación muy rigurosa, y todo para lograr una corona que se marchita, mientras que la nuestra no se marchita. (1º Carta a los Corintios 9, 25)

  • Por eso, hermanos míos, a quienes tanto quiero y echo de menos, que son mi alegría y mi corona, sigan así firmes en el Señor, amadísimos. (Carta a los Filipenses 4, 1)

  • En efecto, ¿quién sino ustedes es nuestra esperanza, nuestra alegría y la corona de la que nos sintiremos orgullosos ante Jesús, nuestro Señor, cuando venga? (1º Carta a los Tesalonicenses 2, 19)

  • Sólo me queda recibir la corona de toda vida santa con la que me premiará aquel día el Señor, juez justo; y conmigo la recibirán todos los que anhelaron su venida gloriosa. (2º Carta a Timoteo 4, 8)

  • pero la que produce zarzas y espinas pierde su valor; un poco más y la maldicen, y terminarán por prenderle fuego. Sigamos firmes en nuestra esperanza (Carta a los Hebreos 6, 8)

  • Feliz el hombre que soporta pacientemente la prueba, porque, después de probado, recibirá la corona de vida que el Señor prometió a los que lo aman. (Carta de Santiago 1, 12)

  • Así, cuando aparezca el Jefe de los Pastores, recibirán en la Gloria una corona que no se marchita. (1º Carta de Pedro 5, 4)


“É difícil tornar-se santo. Difícil, mas não impossível. A estrada da perfeição é longa, tão longa quanto a vida de cada um. O consolo é o repouso no decorrer do caminho. Mas, apenas restauradas as forças, é necessário levantar-se rapidamente e retomar a viagem!” São Padre Pio de Pietrelcina