Talált 89 Eredmények: corona de espinas

  • y darles (a todos los afligidos de Sión) una corona en vez de ceniza, el aceite de los días alegres, en lugar de ropa de luto, cantos de felicidad, en vez de pesimismo. Les pondrán el sobrenombre de «Encinas de Justicia», «los que Yavé plantó para su gloria.» (Isaías 61, 3)

  • Salto de alegría delante de Yavé, y mi alma se alegra en mi Dios, pues él me puso ropas de salvación y me abrigó con el chal de la justicia, como el novio se coloca su corona, o como la esposa se arregla con sus joyas. (Isaías 61, 10)

  • Y serás una corona preciosa en manos de Yavé, un anillo real en el dedo de tu Dios. (Isaías 62, 3)

  • Sembraron trigo, y cosecharon espinas: se han cansado inútilmente. Les da vergüenza lo poco que han cosechado, por la mucha ira de Yavé. (Jeremías 12, 13)

  • Di al Rey y a la Reina Madre: Siéntense en el suelo, porque ha caído de sus cabezas su corona gloriosa. (Jeremías 13, 18)

  • Cayó la corona de nuestra cabeza. ¡Pobres de nosotros, que pecamos! (Lamentaciones 5, 16)

  • Reviste cual un manto la justicia de Dios, ponte como corona la gloria del Eterno; (Baruc 5, 2)

  • Esto dice Yavé: Te arrancarán el turbante, te quitarán la corona y se invertirá la situación: lo que está abajo será levantado y lo que está arriba será rebajado. (Ezequiel 21, 31)

  • La casa de Israel no tendrá más, entre sus vecinos que la desprecian, ni espinas que la hieran ni zarzas que la desgarren: entonces sabrán que yo soy Yavé. (Ezequiel 28, 24)

  • «Quítenle sus ropas sucias y pónganle un traje de gala. Coloquen además en su cabeza una corona reluciente.» Lo vistieron con el traje de fiesta y pusieron en su cabeza la corona reluciente. (Zacarías 3, 5)

  • El día en que se puso la primera piedra, les pareció ser una cosa sin importancia, pero ahora es un alegría para todos ustedes ver la piedra que corona el edificio en manos de Zorobabel. (Zacarías 4, 10)

  • Con el oro y plata recolectados harás una corona que pondrás en la cabeza de Josué, hijo de Josadac, sumo sacerdote. (Zacarías 6, 11)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina