Talált 101 Eredmények: interior

  • Puso en ellos su ojo interior, haciéndolos así descubrir las grandes cosas que había hecho, (Sirácides (Eclesiástico) 17, 8)

  • El interior del tonto está todo en su boca; la boca del sabio es también parte de su interior. (Sirácides (Eclesiástico) 21, 26)

  • Porque la tristeza lleva a la muerte, y la pena interior consume las energías. (Sirácides (Eclesiástico) 38, 18)

  • Jesús, hijo de Sirac, hijo de Eleazar de Jerusalén, fue quien puso en este libro tanta enseñanza y tanto saber; vertió en él toda la sabiduría que llevaba en su interior. (Sirácides (Eclesiástico) 50, 27)

  • «¡Ay, qué dolores en todo mi interior, me duele el corazón! Me palpita tan fuerte que no puedo callarme. ¿No oyes, alma mía, el toque del clarín y el estruendo de la guerra? (Jeremías 4, 19)

  • Esta es la alianza que yo pactaré con Israel en los días que están por llegar, dice Yavé: pondré mi ley en su interior, la escribiré en sus corazones, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. (Jeremías 31, 33)

  • Me llevó al patio interior del Templo de Yavé, y a la entrada del Templo de Yavé, entre el vestíbulo y el altar, veo alrededor de veinticinco hombres que daban la espalda al Templo de Yavé. Estaban allí mirando hacia el este y se prosternaban delante del sol. (Ezequiel 8, 16)

  • mientras se deslizaba, los querubines estaban de pie al lado sur y la nube cubría el patio interior. (Ezequiel 10, 3)

  • Les daré un corazón nuevo y pondré en su interior un espíritu nuevo. Quitaré de su carne su corazón de piedra y les daré un corazón de carne. (Ezequiel 11, 19)

  • El hombre midió entonces el vestíbulo del pórtico, que daba al interior: ocho codos; su pilar medía dos. (Ezequiel 40, 9)

  • Desde la fachada del pórtico hasta el fondo del vestíbulo interior, había cincuenta codos. (Ezequiel 40, 15)

  • Las piezas y los pilares estaban provistos de ventanas con rejillas que daban al interior del pórtico; también las había alrededor del vestíbulo. Los pilares estaba decorados con palmas. (Ezequiel 40, 16)


“O santo silêncio nos permite ouvir mais claramente a voz de Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina