Talált 101 Eredmények: interior

  • Me hizo entrar al patio interior; allí se habían dispuesto treinta salas y un embaldosado daba la vuelta al patio. (Ezequiel 40, 17)

  • Ese embaldosado se ajustaba a la profundidad de los pórticos; era el embaldosado interior. (Ezequiel 40, 18)

  • Desde la fachada de la puerta interior hasta el exterior había cien codos. Esto era para el este. Al norte, (Ezequiel 40, 19)

  • Las ventanas, el vestíbulo y las palmas tenían la misma dirección que las del pórtico del este; se llegaba a ellas por siete escalones y el vestíbulo daba al interior. (Ezequiel 40, 22)

  • El patio interior tenía una puerta hacia el pórtico del norte, semejante a la que miraba al este; el hombre midió de una puerta a la otra y registró cien codos. (Ezequiel 40, 23)

  • El patio interior tenía una puerta que daba al pórtico del sur; medía cien codos de una puerta a otra. (Ezequiel 40, 27)

  • Me llevó al patio interior por el pórtico sur y midió ese pórtico; tenía las mismas dimensiones que los otros. (Ezequiel 40, 28)

  • Me llevó al patio interior por el este, y midió el pórtico; tenía las mismas dimensiones que los otros. (Ezequiel 40, 32)

  • De ese modo había cuatro mesas en el interior y cuatro en el exterior de la puerta, o sea ocho mesas sobre las cuales se degollaban las víctimas. (Ezequiel 40, 41)

  • Me hizo entrar en el patio interior. Había allí dos salas, una en dirección a la fachada sur del pórtico norte, y otra hacia la fachada norte del pórtico sur. (Ezequiel 40, 44)

  • Las piezas laterales estaban dispuestas en tres pisos, treinta por cada uno. Había salientes en la pared de la Casa por los lados, alrededor, a fin de que las sostuvieran, sin que sus vigas penetraran en la pared interior de la Casa. (Ezequiel 41, 6)

  • El ancho de las piezas iba aumentando en todo a medida que se subían; porque el corredor del edificio aumentaba gradualmente en todo el rededor de modo que el interior era más ancho en lo más alto, y así desde el pavimento se subía al piso del medio, y de éste al más alto. (Ezequiel 41, 7)


“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina