Talált 101 Eredmények: interior

  • Sin embargo, en su interior está Yavé, el Justo, el que cada mañana dicta sus sentencias. El es fiel como la salida del sol, y nunca comete injusticia. Pero el injusto ni siquiera se siente avergonzado. (Sofonías 3, 5)

  • El que estaba de pie le dijo: «Corre a decir a este joven que Jerusalén será una ciudad abierta, pues será inmenso el número de habitantes y de animales que habrá en su interior. (Zacarías 2, 8)

  • Esta es sentencia de Yavé que estiró los cielos, que puso los cimientos de la tierra y que formó el espíritu del hombre en su interior; y se refiere al futuro de Israel. (Zacarías 12, 1)

  • Entonces los jefes de Judá dirán en su interior: «La fuerza de Jerusalén le viene de Yavé, su Dios.» (Zacarías 12, 5)

  • Ustedes también aparentan como que fueran personas muy correctas, pero en su interior están llenos de falsedad y de maldad. (Evangelio según San Mateo 23, 28)

  • Estaban allí sentados algunos maestros de la Ley, y pensaron en su interior: (Evangelio según San Marcos 2, 6)

  • Pedro lo había seguido de lejos hasta el patio interior del Sumo Sacerdote, y se sentó con los policías del Templo, calentándose al fuego. (Evangelio según San Marcos 14, 54)

  • Los soldados lo llevaron al pretorio, que es el patio interior, y llamaron a todos sus compañeros. (Evangelio según San Marcos 15, 16)

  • María, por su parte, guardaba todos estos acontecimientos y los volvía a meditar en su interior. (Evangelio según San Lucas 2, 19)

  • El Señor le dijo: «Así son ustedes, los Fariseos. Ustedes limpian por fuera las copas y platos, pero el interior de ustedes está lleno de rapiñas y perversidades. ¡Estúpidos! (Evangelio según San Lucas 11, 39)

  • El que hizo lo exterior, ¿no hizo también lo interior? (Evangelio según San Lucas 11, 40)

  • Aquel día, el que esté en la terraza, que no baje a buscar sus cosas al interior de la casa; y el que esté en el campo, que no se vuelva atrás. (Evangelio según San Lucas 17, 31)


“Pode-se manter a paz de espírito mesmo no meio das tempestades da vida”. São Padre Pio de Pietrelcina