Talált 125 Eredmények: Órdenes

  • que, aunque me dieras tu casa llena de oro y plata, yo no podría traspasar las órdenes del Señor ni hacer por propia iniciativa cosa alguna, buena o mala, sino que diría fielmente lo que dijera el Señor? (Números 24, 13)

  • Preséntalo luego al sacerdote Eleazar y a toda la comunidad, y en su presencia le darás órdenes (Números 27, 19)

  • Se presentará delante del sacerdote Eleazar, que consultará por él al Señor, por medio del urim. A sus órdenes saldrán y entrarán con él todos los israelitas, toda la comunidad". (Números 27, 21)

  • para decirle: "Tus siervos han hecho el recuento de los hombres de guerra que han estado a nuestras órdenes, y no falta ninguno. (Números 31, 49)

  • Moisés les dijo: "Si cumplís vuestra palabra, si estáis prontos al combate a las órdenes del Señor (Números 32, 20)

  • y si todos vuestros hombres de guerra pasan el Jordán a las órdenes del Señor hasta que hayan echado de su presencia todos sus enemigos, (Números 32, 21)

  • pero tus siervos, aptos para la guerra, irán a las órdenes del Señor para combatir tal como nos lo has mandado". (Números 32, 27)

  • Entonces Moisés dio estas órdenes al sacerdote Eleazar, a Josué, hijo de Nun, y a los cabezas de familia de las tribus de Israel: (Números 32, 28)

  • "Si los hijos de Gad y los hijos de Rubén, aptos para la guerra, pasan con vosotros el Jordán para combatir a las órdenes del Señor, una vez conquistada la tierra les daréis como herencia la tierra de Galaad. (Números 32, 29)

  • Pasaremos armados a las órdenes del Señor a la tierra de Canaán, pero danos posesión de nuestra herencia a este lado del Jordán". (Números 32, 32)

  • Pero vosotros no quisisteis subir y fuisteis rebeldes a las órdenes del Señor, vuestro Dios. (Deuteronomio 1, 26)

  • El Señor dijo a Moisés: "Se avecina el día de tu muerte. Llama a Josué, y presentaos ante la tienda de la reunión para que yo le dé mis órdenes". Moisés y Josué se presentaron ante la tienda de la reunión. (Deuteronomio 31, 14)


“A mulher forte é a que tem temor de Deus, a que mesmo à custa de sacrifício faz a vontade de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina