Talált 125 Eredmények: Órdenes

  • Examino mi conducta y dirijo hacia tus órdenes mis pasos; (Salmos 119, 59)

  • que vuelvan conmigo tus leales, los que conocen tus órdenes; (Salmos 119, 79)

  • lo mío serán siempre tus órdenes, pues ellas son la alegría de mi corazón; (Salmos 119, 111)

  • has dado tus órdenes en justicia y en equidad perfecta. (Salmos 119, 138)

  • guardo tus preceptos y tus órdenes, tú conoces toda mi conducta. (Salmos 119, 168)

  • envía sus órdenes a la tierra y su palabra corre velozmente; (Salmos 147, 15)

  • fuego y granizo, nieve y bruma, viento de tempestad que ejecuta sus órdenes, (Salmos 148, 8)

  • El rey mandó emisarios a Jerusalén y a las ciudades de Judá con órdenes escritas para que aceptaran las costumbres extrañas a su país; (I Macabeos 1, 44)

  • El que no cumpliera las órdenes del rey sería castigado con la muerte. (I Macabeos 1, 50)

  • Matatías les respondió en voz bien alta: "Aunque todas las naciones que constituyen el imperio siguieran al rey, abandonando la religión de sus padres y obedeciendo sus órdenes, (I Macabeos 2, 19)

  • No oiremos las órdenes del rey y no nos apartaremos de la religión ni a la derecha ni a la izquierda". (I Macabeos 2, 22)

  • Luego pasó a los amonitas, donde encontró un poderoso ejército y un pueblo numeroso a las órdenes de Timoteo. (I Macabeos 5, 6)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina