Talált 308 Eredmények: Rut

  • El Señor, tu Dios, te hará abundar en bienes: en el fruto de tus entrañas, en el fruto de tus ganados y en el producto de la tierra, de esta tierra que a tus padres juró darte. (Deuteronomio 28, 11)

  • Maldito será el fruto de tus entrañas y el producto de tu tierra; malditos los partos de tus vacas y las crías de tus ovejas. (Deuteronomio 28, 18)

  • Un pueblo desconocido para ti comerá las cosechas de tu tierra y el fruto de todas tus fatigas, mientras tú serás siempre oprimido y aplastado. (Deuteronomio 28, 33)

  • Todos tus árboles y los frutos de tu tierra serán devorados por la langosta. (Deuteronomio 28, 42)

  • Comerán las crías de tus ganados y los frutos de tu tierra hasta arruinarte; no te dejarán nada, ni trigo, ni mosto, ni aceite, ni las crías de tus vacas, ni los corderos de tus ovejas, hasta exterminarte. (Deuteronomio 28, 51)

  • En medio del asedio y de la angustia a que te habrá reducido el enemigo, tú comerás el fruto de tus entrañas, la carne de tus hijos y tus hijas, que el Señor, tu Dios, te haya dado. (Deuteronomio 28, 53)

  • y él te hará prosperar en todas tus empresas, en el fruto de tus entrañas, en el fruto de tus ganados y en el producto de tu tierra. El Señor se complacerá de nuevo en tu prosperidad, como se había complacido en la de tus padres, (Deuteronomio 30, 9)

  • con lo mejor que hace crecer el sol, con los frutos que hace brotar la luna, (Deuteronomio 33, 14)

  • Os he dado una tierra que vosotros no habéis cultivado, unas ciudades que no habéis edificado y en las que vivís; coméis los frutos de las viñas y de los olivos que no habéis plantado. (Josué 24, 13)

  • La higuera les respondió: ¿Voy yo a renunciar a mi dulzura y a mi excelente fruto para ir a balancearme sobre los árboles? (Jueces 9, 11)

  • que se casaron con dos moabitas: una se llamaba Orfá y la otra Rut. (Rut 1, 4)

  • Ellas se echaron nuevamente a llorar. Después Orfá besó a su suegra y volvió a su pueblo, pero Rut se echó en brazos de Noemí. (Rut 1, 14)


“Não se aflija a ponto de perder a paz interior. Reze com perseverança, com confiança, com calma e serenidade.” São Padre Pio de Pietrelcina