Talált 308 Eredmények: Rut

  • No escuchéis a Ezequías, pues esto dice el rey de Asiria: Haced la paz conmigo y entregaos a mí, y así podrá comer cada uno los frutos de su viña y de su higuera y beber el agua de su cisterna (II Reyes 18, 31)

  • Sírvate esto de señal: este año se comerá lo que brote de la semilla caída, y el año que viene lo que nazca sin sembrar; pero al tercer año sembraréis y cosecharéis, plantaréis viñas y comeréis su fruto. (II Reyes 19, 29)

  • El resto superviviente de la casa de Judá volverá a arraigar por debajo y dará fruto por encima; (II Reyes 19, 30)

  • Truene el mar y cuanto lo llena, cante el campo con todos sus frutos. (I Crónicas 16, 32)

  • Hizo desaparecer de todas las ciudades de Judá los santuarios de las colinas y los cipos del culto solar. El reino disfrutó de tranquilidad durante sus días. (II Crónicas 14, 4)

  • Así se cumplía la palabra del Señor pronunciada por Jeremías: "Hasta que la tierra disfrute de su descanso, descansará durante todos los días de la desolación, hasta que se cumplan setenta años". (II Crónicas 36, 21)

  • Ni siquiera entonces tú, en tu inmensa bondad, los abandonaste en el desierto: no se apartó de ellos la nube que durante el día los guiaba en su camino, ni la columna de fuego que por la noche alumbraba su ruta. (Nehemías 9, 19)

  • Ellos se apoderaron de ciudades fortificadas, de una tierra feraz, ocuparon casas llenas de toda clase de bienes, pozos, viñedos, olivares y árboles frutales en abundancia; y comieron, se saciaron, engordaron, se recrearon en la abundancia de tus bienes. (Nehemías 9, 25)

  • Y ahora nosotros mismos somos esclavos; y en la tierra que tú diste a nuestros padres para que gozaran de sus frutos y sus bienes, en ella misma estamos sometidos a esclavitud. (Nehemías 9, 36)

  • Sus frutos van a parar a los reyes que tú nos has impuesto por nuestros pecados y que disponen a su gusto de nosotros y de nuestro ganado. ¡Qué inmensa es nuestra angustia! (Nehemías 9, 37)

  • a traer cada año al templo del Señor las primicias de nuestras cosechas y de los frutos de todos los árboles, (Nehemías 10, 36)

  • traer además a los sacerdotes, a las salas del templo de nuestro Dios, las primicias de nuestra harina, de los frutos de toda clase de árboles, del vino y del aceite; y dar la décima parte de nuestras cosechas a los levitas -los levitas mismos lo recogerán en todas las ciudades de nuestra labranza-. (Nehemías 10, 38)


“O santo silêncio nos permite ouvir mais claramente a voz de Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina