Talált 79 Eredmények: armas

  • Engrandeció el nombre de su pueblo, vistió la coraza como un gigante, y se ciñó las armas de la guerra. Emprendió muchas batallas y defendió el campamento con su espada. (I Macabeos 3, 3)

  • Judas habló así a los suyos: "Ceñíos las armas, sed fuertes y disponeos a asaltar mañana a estas gentes reunidas contra nosotros para destruirnos a nosotros y al templo. (I Macabeos 3, 58)

  • Él pasó el primero hacia los enemigos, seguido de todo el pueblo. Ante él los gentiles se replegaron, tiraron sus armas y huyeron al templo de Carnayín. (I Macabeos 5, 43)

  • que había un templo riquísimo con piezas de armadura de oro, coraza y armas dejadas por Alejandro, hijo de Filipo, rey de Macedonia, primer rey de Grecia. (I Macabeos 6, 2)

  • que Lisias, aunque había ido con un ejército poderosísimo, tuvo que huir ante los judíos, que se habían fortalecido con las armas y abundante botín apresados a los ejércitos vencidos; (I Macabeos 6, 6)

  • Cuantos oían el clamor de aquella muchedumbre, la marcha de tanta gente y el ruido de las armas quedaban aterrorizados: era verdaderamente un ejército numeroso y temible. (I Macabeos 6, 41)

  • Cuando el ejército vio muerto a Nicanor, arrojó las armas y huyó. (I Macabeos 7, 44)

  • No dará ni suministrará al enemigo trigo, ni armas, ni dinero o naves, según ha decidido Roma, y cumplirá estos compromisos sin compensación alguna. (I Macabeos 8, 26)

  • y no darán a los enemigos trigo, ni armas, ni dinero o naves según ha decidido Roma; y cumplirá estos compromisos sin engaños. (I Macabeos 8, 28)

  • Jonatán fue investido sumo sacerdote el séptimo mes del año 160 en la fiesta de los tabernáculos. Reclutó muchos soldados y fabricó muchas armas. (I Macabeos 10, 21)

  • Arrojaron las armas e hicieron las paces. Los judíos, cubiertos de gloria ante el rey y todos sus súbditos, se hicieron famosos en todo el reino y volvieron a Jerusalén cargados de botín. (I Macabeos 11, 51)

  • A la caída del sol, Jonatán ordenó a los suyos que durante toda la noche velaran con las armas en la mano, dispuestos a luchar, y apostó centinelas alrededor del campamento. (I Macabeos 12, 27)


“Deus não opera prodígios onde não há fé.” São Padre Pio de Pietrelcina