Talált 94 Eredmények: huesos secos

  • Pero extiende tu mano y toca sus huesos y su carne. Verás si no te maldice a la cara". (Job 2, 5)

  • un estremecimiento de espanto me sacudió, que de terror hizo temblar mis huesos. (Job 4, 14)

  • Recuerda que mi vida es un soplo, que mis huesos no volverán a ver la dicha. (Job 7, 7)

  • De piel y de carne me vestiste, y me tejiste de huesos y de nervios. (Job 10, 11)

  • A mi piel y a mi carne se han pegado mis huesos, tan sólo escapo con la piel de mis dientes. (Job 19, 20)

  • Sus huesos, que rebosaban de vigor juvenil, yacerán con él en el polvo. (Job 20, 11)

  • cuando están sus ijares llenos de grosura, bien nutrido el meollo de sus huesos. (Job 21, 24)

  • De noche perfora el mal mis huesos, no descansan las llagas que me roen. (Job 30, 17)

  • Mi piel ennegrecida se me salta, mis huesos queman por la fiebre. (Job 30, 30)

  • O bien le corrige por el dolor en su lecho, por el temblor continuo de sus huesos; (Job 33, 19)

  • cuando se consume su carne a ojos vista, y sus huesos aparecen desnudos; (Job 33, 21)

  • Sus huesos son tubos de bronce; sus vértebras, como barras de hierro. (Job 40, 18)


Uma filha espiritual perguntou a Padre Pio: “O Senhor cura tantas pessoas, por que não cura esta sua filha espiritual?” Padre Pio respondeu-lhe em voz baixa: “E não nos oferecemos a Deus?” São Padre Pio de Pietrelcina