Fondare 209 Risultati per: Preguntó

  • Al día siguiente regresó y encontró a dos hebreos que se estaban peleando. "¿Por qué golpeas a tu compañero?", preguntó al agresor. (Exodo 2, 13)

  • Cuando llegaron al lugar donde estaba Reuel, su padre, este les preguntó: "¿Por qué hoy han vuelto tan pronto?". (Exodo 2, 18)

  • "¿Dónde está ese hombre?", preguntó él a sus hijas. "¿Por qué lo dejaron allí? Invítenlo a comer". (Exodo 2, 20)

  • Entonces el Señor le preguntó: "¿Qué tienes en la mano?". "Un bastón", respondió Moisés. (Exodo 4, 2)

  • Su suegro, al ver todo lo que él hacía por el pueblo, le preguntó: "¿Qué significa eso que haces con el pueblo? ¿Por qué lo haces tú solo, mientras la gente se queda de pie junto a ti, de la mañana a la noche?". (Exodo 18, 14)

  • Moisés preguntó entonces por el chivo del sacrificio por el pecado. Al enterarse de que ya había sido quemado, se irritó contra Eleazar e Itamar, los hijos de Aarón que habían sobrevivido, y exclamó: (Levítico 10, 16)

  • Al llegar, lo encontró de pie junto a su holocausto, acompañado de los jefes de Moab. Balac le preguntó: "¿Qué ha dicho el Señor?". (Números 23, 17)

  • Mientras Josué estaba cerca de Jericó, alzó los ojos y vio a un hombre que estaba de pie frente a él, con la espada desenvainada en su mano. Josué avanzó hacia él y le preguntó: "¿Eres de los nuestros o de nuestros enemigos?". (Josué 5, 13)

  • Ellos dijeron a Josué: "Nosotros somos tus servidores". "¿Quiénes son ustedes?, les preguntó Josué, ¿de dónde vienen?". (Josué 9, 8)

  • Cuando ella llegó a la casa de su esposo, este le sugirió que pidiera un campo a su padre. Ella se bajó del asno, y Caleb le preguntó: "¿Qué quieres?". (Josué 15, 18)

  • Cuando ella llegó a la casa de su esposo, este le sugirió que pidiera un campo a su padre. Ella se bajó del asno, y Caleb le preguntó: "¿Qué quieres?". (Jueces 1, 14)

  • Entonces Manóaj le preguntó: "Cuando suceda lo que tú has dicho, ¿qué forma de vida tendrá que llevar el niño y cuál será su conducta?". (Jueces 13, 12)


“O Anjo de Deus não nos abandona jamais.” São Padre Pio de Pietrelcina