Fondare 157 Risultati per: lamentaciones de Jeremías

  • Palabra que llegó a Jeremías de parte del Señor, después que Nebuzaradán, comandante de la guardia, lo dejó ir de Ramá, donde lo encontró atado con cadenas entre todos los cautivos de Jerusalén y de Judá, que eran deportados a Babilonia. (Jeremías 40, 1)

  • El comandante de la guardia tomó aparte a Jeremías y le dijo: "El Señor, tu Dios, anunció esta desgracia para este lugar, (Jeremías 40, 2)

  • Jeremías se fue junto a Godolías, hijo de Ajicám, a Mispá, y permaneció con él, en medio del pueblo que había quedado en el país. (Jeremías 40, 6)

  • al profeta Jeremías y le dijeron: "¡Que nuestra súplica llegue hasta ti! Ruega al Señor, tu Dios, en favor de todo este resto, porque de los muchos que éramos hemos quedado unos pocos, como lo ves con tus propios ojos. (Jeremías 42, 2)

  • El profeta Jeremías les dijo: "De acuerdo. Voy a rogar al Señor, su Dios, como ustedes dicen, y les comunicaré todo lo que el Señor les responda, sin ocultarles nada". (Jeremías 42, 4)

  • Ellos dijeron a Jeremías: "Que el Señor sea un testigo veraz y fidedigno contra nosotros, si no obramos en todo conforme a la palabra que el Señor, tu Dios, te enviará para nosotros. (Jeremías 42, 5)

  • Al cabo de diez días, la palabra del Señor llegó a Jeremías. (Jeremías 42, 7)

  • Pero Jeremías dijo: "Esta es la palabra que el Señor les dirige, resto de Judá: ‘No entren en Egipto’. Sepan bien que hoy yo les hago una solemne advertencia. (Jeremías 42, 19)

  • Apenas Jeremías terminó de comunicar a todo el pueblo todas las palabras del Señor, su Dios, las que el Señor le había mandado decirles -las palabras antes mencionadas- (Jeremías 43, 1)

  • Azarías, hijo de Maasías, Iojanán, hijo de Caréaj, y todos aquellos hombres arrogantes dijeron a Jeremías: "¡Es falso lo que tú dices! No es el Señor, nuestro Dios, el que te ha enviado a decirnos: ‘No entren en Egipto para residir allí’. (Jeremías 43, 2)

  • a los hombres, las mujeres, los niños y las hijas del rey, a todas las personas que Nebuzaradán, comandante de la guardia, había dejado con Godolías, hijo de Ajicám, hijo de Safán, y también al profeta Jeremías y a Baruc, hijo de Nerías. (Jeremías 43, 6)

  • La palabra del Señor llegó a Jeremías en Tafnis, en estos términos: (Jeremías 43, 8)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina