21. Porque el rey disponía de una flota que iba a Tarsis con los servidores de Jirám, y una vez cada tres años las naves de alta mar llegaban cargadas de oro, plata, marfil, monos y pavos reales.





“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina