Znaleziono 114 Wyniki dla: Miren

  • Miren que Dios está con nosotros, a nuestra cabeza, con sus sacerdotes y las trompetas que se van a tocar frente a ustedes. Hijos de Israel, no hagan la guerra contra Yavé, el Dios de sus padres, porque nada conseguirán.» (2 Crónicas 13, 12)

  • y les dijo a los jueces: «Miren bien lo que hacen, porque ustedes no juzgan en nombre de los hombres, sino en nombre de Yavé, que está con ustedes cuando administran justicia. (2 Crónicas 19, 6)

  • Había allí un profeta de Yavé, llamado Obred, que salió al encuentro del ejército que volvía a Samaria y les dijo: «Miren que Yavé, el Dios de sus padres, estaba irritado contra la gente de Judá y por esto los ha entregado en manos de ustedes. Pero ustedes los han matado con una crueldad increíble. (2 Crónicas 28, 9)

  • Y ahora quieren someter a esclavitud a la población de Judá y de Jerusalén y que en adelante sean esclavos y esclavas de ustedes. Miren que ustedes mismos no son inocentes ante Yavé, su Dios. (2 Crónicas 28, 10)

  • Miren lo que ha hecho por ustedes y denle gracias en alta voz. Bendigan al Señor, el solo Justo, alaben al Rey de los siglos. (Tobías 13, 7)

  • luego revista con ese traje al hombre que el rey desea distinguir, hágalo montar en el caballo y vaya por la plaza de la ciudad anunciando delante de él: «¡Miren, señores, cómo trata el rey a la persona que desea distinguir!» «Muy bien, añadió el rey. (Ester 6, 9)

  • Miren que les enseño el proceder de Dios y no les oculto sus pensamientos. (Job 27, 11)

  • Miren al hombre preñado de malicia: Concibe la desgracia y da a luz el fracaso (Salmos 7, 15)

  • "Miren al hombre que no hizo de Dios su fortaleza, sino que confió en sus muchas riquezas y se encastilló en su crimen". (Salmos 52, 9)

  • Miren, pues, cómo son los impíos y sin problemas amasan sus fortunas. (Salmos 73, 12)

  • Que tus ojos miren de frente, que tu mirada sea franca. (Proverbios 4, 25)

  • Miren cómo llama a las puertas de la ciudad, en las entradas más frecuentadas: (Proverbios 8, 3)


“Não se fixe voluntariamente naquilo que o inimigo da alma lhe apresenta.” São Padre Pio de Pietrelcina