Znaleziono 114 Wyniki dla: Miren

  • Miren, traidores y contemplen, asómbrense y quédense alelados, porque voy a realizar en su época algo que no creerían si se lo hubieran contado. (Habacuc 1, 5)

  • Pero miren lo que sucederá a partir de hoy. Antes de que empezaran a poner piedra sobre piedra para la Casa de Yavé, (Ageo 2, 15)

  • Miren si todavía falta el trigo en el granero. Miren si la vid, la higuera, el granado y el olivo no dan frutos. Pues en adelante los voy a bendecir.» (Ageo 2, 19)

  • Miren esa montaña tan inmensa; pues bien, será completamente allanada delante de Zorobabel. Y de ella extraerá hasta la última piedra que corone el Templo, en medio de aclamaciones de gracias.» (Zacarías 4, 8)

  • Pues bien, yo le tuve cariño a Jacob, pero le tomé odio a Esaú; si no, miren cómo dejé sus montañas desoladas y abandoné sus tierras a los chacales del desierto. (Malaquías 1, 3)

  • Miren, ustedes presentan sobre mi altar alimentos impuros. Ustedes seguramente replicarán: «¿En qué te hemos profanado?» Lo han hecho cuando han pensado que la mesa de Yavé no merece respeto. (Malaquías 1, 7)

  • Y ¿por qué se preocupan tanto por la ropa? Miren cómo crecen las flores del campo, y no trabajan ni tejen. (Evangelio según San Mateo 6, 28)

  • Miren que los envío como ovejas en medio de lobos: sean, pues, precavidos como la serpiente, pero sencillos como la paloma. (Evangelio según San Mateo 10, 16)

  • En ellos se verifica la profecía de Isaías: Por más que oigan, no entenderán, y por más que miren, no verán. (Evangelio según San Mateo 13, 14)

  • Todo lo hacen para ser vistos por los hombres. Miren esas largas citas de la Ley que llevan en la frente, y los largos flecos de su manto. (Evangelio según San Mateo 23, 5)

  • Entonces, si alguien les dice: Miren, el Mesías está aquí o está allá, no le crean. (Evangelio según San Mateo 24, 23)

  • Miren que yo se lo he advertido de antemano. (Evangelio según San Mateo 24, 25)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina