Encontrados 182 resultados para: Ordenó

  • Entonces el rey de Israel ordenó: "Toma a Miqueas y llévalo a Amón, el gobernador de la ciudad, y a Joás, el hijo del rey. Tú les dirás: (I Reyes 22, 26)

  • Eliseo llamó a Guejazí y le ordenó: "Llama a la sunamita". Cuando la llamó, ella vino y Eliseo le dijo: "Toma a tu hijo". (II Reyes 4, 36)

  • El rey interrogó a la mujer, y ella le contó todo. Luego puso a su disposición un eunuco, al que ordenó: "Que se le restituya todo lo que le pertenece, con todas las rentas del campo, desde el día en que dejó el país hasta ahora". (II Reyes 8, 6)

  • El centinela que estaba apostado en la torre de Izreel, al ver venir la tropa, dijo: "Veo una tropa". Jorám ordenó: "Toma un jinete y envíalo a preguntar si todo va bien". (II Reyes 9, 17)

  • Jorám ordenó: "¡Enganchen mi carro!". Cuando lo engancharon, Jorám, rey de Israel, y Ocozías, rey de Judá, salieron cada uno en su carro al encuentro de Jehú. Lo encontraron en la parcela de Nabot de Izreel, (II Reyes 9, 21)

  • Al ver esto, Ocozías, rey de Judá, huyó por el camino de Bet Hagán. Jehú se lanzó en persecución de él, y ordenó: "¡Hiéranlo también a él!". Lo hirieron sobre su carro, en la cuesta de Gur, que está cerca de Ibleám, y él huyó a Meguido, donde murió. (II Reyes 9, 27)

  • Un mensajero fue entonces a informar a Jehú: "Han traído las cabezas de los hijos del rey". Él ordenó: "Expónganlas en dos montones a la entrada de la Puerta, hasta la mañana". (II Reyes 10, 8)

  • Entonces ordenó: "¡Captúrenlos vivos!". Los capturaron vivos y los mataron junto al pozo de Bet Equed. Eran cuarenta y dos, y no quedó ni uno solo. (II Reyes 10, 14)

  • El rey ordenó al sumo sacerdote Jilquías, a los sacerdotes de segundo orden y a los guardianes del umbral, que sacaran del Templo del Señor todos los objetos fabricados en honor de Baal, de Aserá y de todo el Ejército de los cielos; los quemó fuera de Jerusalén, en los baldíos del Cedrón, e hizo llevar sus cenizas a Betel. (II Reyes 23, 4)

  • David ordenó a los jefes de los levitas que organizaran a sus hermanos los cantores, con instrumentos musicales, arpas, cítaras y címbalos, para que los hicieran resonar alegremente. (I Crónicas 15, 16)

  • Apenas lo pusieron al tanto de lo sucedido con aquellos hombres, David ordenó que fueran a recibirlos, porque estaban muy avergonzados. Y el rey les mandó a decir: "Quédense en Jericó hasta que les crezca la barba, y después vengan". (I Crónicas 19, 5)

  • y David dijo a Dios: "¿No he sido yo el que ordenó hacer el recuento del pueblo? ¿No he sido yo el que ha pecado y ha obrado mal? Pero estos, las ovejas, ¿qué han hecho? ¡Señor, Dios mío, descarga tu mano sobre mí y sobre la casa de mi padre, pero no castigues a tu pueblo!". (I Crónicas 21, 17)


“Agradeça sempre ao Pai eterno por sua infinita misericórdia”. São Padre Pio de Pietrelcina