Löydetty 358 Tulokset: Trono de la Gracia

  • Joás se fue a descansar con sus padres, y Jeroboám se sentó en su trono. Joás fue sepultado en Samaría con los reyes de Israel. (II Reyes 13, 13)

  • Esta era la palabra que el Señor había dicho a Jehú: "Tus hijos se sentarán en el trono de Israel hasta la cuarta generación". Y así fue. (II Reyes 15, 12)

  • y oró, diciendo: "Señor de los ejércitos, Dios de Israel, que tienes tu trono sobre los querubines: tú solo eres el Dios de todos los reinos de la tierra, tú has hecho el cielo y la tierra. (II Reyes 19, 15)

  • Luego se dirigió con todo Israel a Baalá, a Quiriat Iearim, que está en Judá, para subir desde allí el Arca de Dios, que lleva el nombre del Señor, el que tiene su trono sobre los querubines. (I Crónicas 13, 6)

  • Él me edificará una Casa y yo afianzaré su trono para siempre. (I Crónicas 17, 12)

  • Lo estableceré en mi Casa y en mi reino para siempre, y su trono será estable eternamente". (I Crónicas 17, 14)

  • Él edificará una Casa para mi Nombre; él será para mí un hijo y yo seré para él un padre, y afianzaré su trono real sobre Israel para siempre’. (I Crónicas 22, 10)

  • Y entre todos mis hijos -porque el Señor me ha dado muchos- eligió a mi hijo Salomón para que se sentara en el trono de la realeza del Señor sobre Israel. (I Crónicas 28, 5)

  • Salomón se sentó como rey en el trono del Señor, en lugar de su padre David. Él prosperó y todo Israel le obedeció. (I Crónicas 29, 23)

  • Salomón, hijo de David, se afianzó en su trono, y el Señor, su Dios, estaba con él y lo engrandeció sobremanera. (II Crónicas 1, 1)

  • Y el Señor cumplió la palabra que había dicho: yo he sucedido a mi padre David y me he sentado en el trono de Israel, como lo había dicho el Señor. Yo edifiqué la Casa para el nombre del Señor, el Dios de Israel, (II Crónicas 6, 10)

  • Y ahora, Señor, Dios de Israel, cumple en favor de tu servidor David, mi padre, la promesa que le hiciste, diciendo: ‘Nunca te faltará un descendiente que esté sentado delante de mí en el trono de Israel, con tal que tus hijos vigilen su conducta, caminando conforme a mi Ley, como has caminado tú’. (II Crónicas 6, 16)


“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina