Löydetty 358 Tulokset: Trono de la Gracia

  • entonces yo mantendré tu trono real, como se lo aseguré a tu padre David, cuando dije: ‘Nunca te faltará un descendiente que gobierne Israel’. (II Crónicas 7, 18)

  • ¡Y bendito sea el Señor, tu Dios, que te ha mostrado su favor, poniéndote sobre su trono como rey, al servicio del Señor, tu Dios! ¡Sí, por su amor a Israel, y a fin de hacerlo subsistir para siempre, tu Dios te ha puesto como rey al frente de ellos, para que ejercieras el derecho y la justicia!". (II Crónicas 9, 8)

  • El rey hizo, además, un gran trono de marfil, al que recubrió de oro puro. (II Crónicas 9, 17)

  • El trono tenía seis gradas, una plataforma de oro, unos sostenes, y brazos a ambos lados del asiento; junto a los brazos había dos leones de pie, (II Crónicas 9, 18)

  • El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados cada uno en su trono, con sus vestiduras reales, sobre la explanada que está a la entrada de la puerta de Samaría, mientras todos los profetas vaticinaban delante de ellos. (II Crónicas 18, 9)

  • Miqueas siguió diciendo: "Por eso, escuchen la palabra del Señor: Yo vi al Señor sentado en su trono, y todo el Ejército de los cielos estaba de pie a su derecha y a su izquierda. (II Crónicas 18, 18)

  • Josafat se fue a descansar con sus padres, y lo sepultaron con sus antepasados en la Ciudad de David. Su hijo Jorám lo sucedió en el trono. (II Crónicas 21, 1)

  • Después reunió a los centuriones, a los dignatarios, a las autoridades del pueblo y a toda la gente del país; hizo descender de la Casa del Señor al rey, y entraron en la casa del rey por la puerta Alta. Allí hicieron sentar al rey en el trono real. (II Crónicas 23, 20)

  • Pero ahora, hace muy poco tiempo, el Señor, nuestro Dios, nos ha concedido la gracia de dejarnos un resto de sobrevivientes y de darnos un refugio en su Lugar santo. Así nuestro Dios ha iluminado nuestros ojos y nos ha dado un respiro en medio de nuestra esclavitud. (Esdras 9, 8)

  • ¡Bendito seas por haberte compadecido de estos dos hijos únicos! ¡Manifiéstales, Señor, tu misericordia y tu salvación, y concédeles una vida llena de alegría y de gracia!". (Tobías 8, 17)

  • Nabucodonosor se enfureció contra todas aquellas regiones y juró por su trono y por su reino vengarse de todo el territorio de Cilicia, la Damascena y Siria, y destruir con su espada a todos los habitantes de Moab, a los amonitas y a toda la Judea, así como también, a todos los habitantes de Egipto, hasta la región de los dos mares. (Judit 1, 12)

  • En aquellos días, mientras el rey Asuero tenía instalado su trono real en la ciudadela de Susa, (Ester 1, 2)


“Se você tem dúvidas sobre a fé é exatamente porque tem fé!” São Padre Pio de Pietrelcina