Talált 152 Eredmények: Encuentro

  • José enganchó su carro y fue al encuentro de su padre a Gosén. Al verlo lo abrazó y lloró largamente sobre su cuello. (Génesis 46, 29)

  • Los jefes de Israel te harán caso y, con ellos te presentarás al rey de Egipto. Tú le dirás: El Dios de los hebreos, Yavé, nos salió al encuentro: deja que caminemos tres días por el desierto, para ofrecer sacrificios a Yavé, nuestro Dios. (Exodo 3, 18)

  • Mientras tanto, Yavé había dicho a Aarón: «Sal al encuentro de Moisés, en el desierto.» Así que partió Aarón, lo encontró en el Monte de Dios y lo besó. (Exodo 4, 27)

  • Ellos dijeron: «El Dios de los hebreos nos ha salido al encuentro. Permite que vayamos al desierto a tres días de camino. Allá ofreceremos sacrificios a Yavé, nuestro Dios, no sea que nos castigue con peste o espada.» (Exodo 5, 3)

  • Moisés salió al encuentro de su suegro, le hizo una profunda reverencia y lo besó. Se preguntaron el uno al otro acerca de su salud y entraron en la tienda. (Exodo 18, 7)

  • Entonces Moisés los hizo salir del campamento para ir al encuentro de Dios, y se detuvieron al pie del monte. (Exodo 19, 17)

  • Este es el holocausto perpetuo que se ofrecerá a Yavé de generación en generación a la entrada de la Tienda de las Citas, allí mismo donde me encuentro contigo para hablarte. (Exodo 29, 42)

  • Edom respondió: "No pasarás por mi territorio, si lo haces saldré a tu encuentro con la espada en la mano". (Números 20, 18)

  • Pero Sijón no dejó a Israel que atravesara por su territorio, reunió a todo su pueblo y salió al encuentro de Israel en el desierto. Cuando llegó a Jahasa, atacó a Israel. (Números 21, 23)

  • Cuando Balac supo que venía Balaam, salió a su encuentro en Ar-Moab, en la frontera del Arnón en los límites de su territorio. (Números 22, 36)

  • Moisés, el sacerdote Eleazar y todos los jefes de la comunidad salieron a su encuentro hasta fuera del campamento. (Números 31, 13)

  • Entonces los amorreos, habitantes de aquellos cerros, les salieron al encuentro, los persiguieron como hacen las abejas y los acuchillaron desde Seir hasta Jorma. (Deuteronomio 1, 44)


“Se você não entrega seu coração a Deus, o que lhe entrega?” “Você deve seguir outra estrada. Tire de seu coração todas as paixões deste mundo, humilhe-se na poeira e reze! Dessa forma, certamente você encontrará Deus, que lhe dará paz e serenidade nesta vida e a eterna beatitude na próxima.” São Padre Pio de Pietrelcina