Talált 152 Eredmények: Encuentro

  • Cuando Jefté volvió a su casa en Mizpá, su hija le salió al encuentro; tan contenta estaba de ver a su padre, que bailaba, acompañándose de su pandereta. Era la única; fuera de ella no había hijas o hijos. (Jueces 11, 34)

  • Cuando llegaban a Lejí, los filisteos corrieron a su encuentro con gritos de triunfo, pero el espíritu de Yavé vino sobre él: las cuerdas que lo amarraban fueron como hilos de lino quemados al fuego y las ligaduras se deshicieron en sus brazos. (Jueces 15, 14)

  • pero también aquel día Benjamín salió a su encuentro y volvió a matar dieciocho mil israelitas,todos entendidos en manejar la espada. (Jueces 20, 25)

  • Entonces salieron los hijos de Benjamín a su encuentro, pero los de Israel les cortaron el paso para volver a la ciudad. Comenzaron como las otras veces a matar gente de Israel por los caminos que suben uno a Betel y otro a Guibea: mataron como a treinta hombres. (Jueces 20, 31)

  • Los de Bet-Semes estaban segando el trigo en el valle cuando vieron que se acercaba el Arca. Salieron a su encuentro muy contentos. (1 Samuel 6, 13)

  • Acababa de celebrar el sacrificio cuando llegó Samuel. Saúl salió a su encuentro para saludarlo. (1 Samuel 13, 10)

  • Cumplió Samuel lo que Yavé le había mandado. Cuando llegó a Belén, los jefes de la ciudad salieron temblando a su encuentro y le preguntaron: «¿Vienes en son de paz?» (1 Samuel 16, 4)

  • Saúl, al ver a David salir al encuentro del filisteo, preguntó a Abner, jefe del ejército: «Abner, ¿de quién es hijo ese joven?» Y Abner respondió: (1 Samuel 17, 55)

  • Todo el pueblo lo quería, incluso los oficiales de Saúl. Cuando David volvió con el pueblo después de haber derrotado al filisteo, las mujeres salieron de todas las ciudades de Israel al encuentro del rey Saúl, con tambores y arpas y con gritos de alegría. (1 Samuel 18, 6)

  • Saúl dejó de perseguir a David y se marchó al encuentro de los filisteos. Por eso se llamó a aquel lugar: «Peña de Separación.» (1 Samuel 23, 28)

  • David dijo a Abigaíl: «Bendito sea Yavé que te ha enviado hoy a mi encuentro. (1 Samuel 25, 32)

  • Pero, sobre todo, gracias a Dios, que me ha impedido hacerte mal. Pues si tú no te hubieras apresurado en venir a mi encuentro, juro que a Nabal no le habría quedado al amanecer ni un solo varón.» (1 Samuel 25, 34)


“Há duas razões principais para se orar com muita satisfação: primeiro para render a Deus a honra e a glória que Lhe são devidas. Segundo, para falar com São Padre Pio de Pietrelcina