Salmos, 50
4. Él llama desde lo alto al cielo y a la tierra, para entablar un juicio contra su pueblo:
4. Él llama desde lo alto al cielo y a la tierra, para entablar un juicio contra su pueblo:
El Salmo 50 es un salmo que habla sobre la justicia divina y la necesidad de ofrecer verdaderos sacrificios al Señor. El salmo comienza con la declaración de que Dios, el Señor, llama a la tierra desde el nacimiento hasta el atardecer y que viene a juzgar a su pueblo. Luego, se mencionan los sacrificios que la gente ofrecida a Dios, y Dios llama la atención sobre el hecho de que no necesita estos sacrificios, sino sinceramente corazones y ofrece perdón a quienes lo buscan por la verdad.
1 Reyes 8:23: "Y dijo:" Señor, Dios de Israel, no hay Dios como tú en el cielo arriba o en la tierra de abajo, tú que mantienen tu pacto de amor con tus siervos que te adoran con todo tu corazón. " Este versículo habla sobre el amor de Dios por aquellos que lo adoran con todo su corazón.
Salmo 51:16-17: "Para ti no te eliminas en los sacrificios; de lo contrario, los traería; en Holocaust no te complaces. Los sacrificios que por favor Dios son un espíritu roto; un corazón roto y contrito, oh Dios, No te despreciarás ". Este versículo se relaciona con la idea del Salmo 50 de que Dios no necesita los sacrificios, sino de corazones sinceros y arrepentidos.
Isaías 1:11: "¿Qué les importa el gran número de sus sacrificios?", Dice el Señor. "Ya estoy harto de los holocaustos de ovejas y grasas de los novillos. de cabras ". Este versículo refuerza la idea de que Dios no necesita los sacrificios, sino de los corazones realmente dedicados a él.
Oseas 6:6: "Porque quiero amor, no sacrificios; conocimiento de Dios en lugar de Holocaustos". Este versículo se relaciona con la idea del Salmo 50 de que el Señor no necesita los sacrificios, sino de corazones sinceros y amorosos.
Jeremías 7:22: "Porque cuando los tomé de Egipto, no hablé con ellos ni les di órdenes sobre la ofrenda y los sacrificios quemados". Este versículo refuerza la idea de que los sacrificios no son la esencia de la relación con Dios, sino una expresión externa de comunión con él.
“A mulher forte é a que tem temor de Deus, a que mesmo à custa de sacrifício faz a vontade de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina