Löydetty 259 Tulokset: �cuanto

  • En cuanto a mí, en vuestras manos estoy: haced de mí lo que queráis y os parezca justo; (Jeremías 26, 14)

  • En cuanto a Jeremías, fue protegido por Ajicán, hijo de Safán, y así no fue entregado en manos del pueblo para darle muerte. (Jeremías 26, 24)

  • Ellos entraron y tomaron posesión de ella; pero luego no escucharon tu voz ni caminaron según tu ley; no hicieron nada de cuanto les habías ordenado, y por eso has traído contra ellos toda esta desventura. (Jeremías 32, 23)

  • En cambio, a la comunidad de los recabitas, Jeremías les dijo: "Esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Porque habéis obedecido la orden de vuestro padre Jonadab y, fieles a sus mandatos, habéis practicado cuanto os prescribió, (Jeremías 35, 18)

  • En cuanto Miqueas, hijo de Gamarías, hijo de Safán, oyó todas las palabras del Señor escritas en el libro, (Jeremías 36, 11)

  • En cuanto a Jeremías, Nabucodonosor, rey de Babilonia, había dado a Nebuzardán, jefe de la escolta, estas órdenes: (Jeremías 39, 11)

  • En cuanto a ti, yo te libro ahora de las cadenas que tienes en las manos. Si quieres venir conmigo a Babilonia, ven, que yo cuidaré de ti; pero si no quieres venir conmigo a Babilonia, quédate. Mira, todo el país está ante ti: Vete adonde prefieras. (Jeremías 40, 4)

  • En cuanto los jefes de las tropas, que se habían dispersado por el campo con sus hombres, se enteraron de que el rey de Babilonia había puesto al frente del país a Godolías, hijo de Ajicán, y que le había encomendado hombres, mujeres y niños, así como los pobres del país que no habían sido deportados a Babilonia, (Jeremías 40, 7)

  • Asimismo, los demás judíos que estaban en Moab, entre los amonitas, en Edón y en todos los otros países, en cuanto se enteraron de que el rey de Babilonia había dejado algunos judíos en Judá y de que había puesto al frente de ellos a Godolías, hijo de Ajicán, hijo de Safán, (Jeremías 40, 11)

  • Pero en cuanto llegaron al centro de la ciudad, Ismael, hijo de Netanías, y sus hombres los degollaron y los arrojaron en una cisterna. (Jeremías 41, 7)

  • Habéis puesto en peligro vuestra propia vida al enviarme al Señor, vuestro Dios, diciendo: Ruega por nosotros al Señor, nuestro Dios, y todo cuanto te diga comunícanoslo para que lo ejecutemos, (Jeremías 42, 20)

  • Esto dice el Señor: "Suben aguas del norte; es un río desbordante que inunda el país y cuanto encierra, las ciudades y sus habitantes. Gritan los hombres, lanzan gemidos todos los habitantes del país, (Jeremías 47, 2)


“O homem sem Deus é um ser mutilado”. São Padre Pio de Pietrelcina