Talált 124 Eredmények: Decían

  • Los hermanos de su madre hablaron de él a todos los nobles de Siquén, conforme a aquellas palabras, y se pusieron de parte de Abimelec, porque decían: "Es nuestro hermano". (Jueces 9, 3)

  • Entonces Jefté reunió a todos los hombres de Galaad, dio la batalla a Efraín, y los hombres de Galaad vencieron a los de Efraín. Los de Efraín decían que los de Galaad, que vivían entre Efraín y Manasés, eran fugitivos de Efraín. (Jueces 12, 4)

  • Los de Galaad quitaron a los de Efraín los vados del Jordán, y cuando los fugitivos de Efraín decían: "Dejadnos pasar", les preguntaban: "¿Eres tú de Efraín?". Si respondían: "No", (Jueces 12, 5)

  • Los jefes de los filisteos se reunieron para ofrecer un gran sacrificio a Dagón, su dios, y celebrar su triunfo; y decían: "Nuestro dios ha puesto en nuestras manos a Sansón, nuestro enemigo". (Jueces 16, 23)

  • Los de Benjamín decían: "Están derrotados ante nosotros, como la vez anterior". Pero los israelitas se decían: "Huyamos para traerlos lejos de la ciudad". (Jueces 20, 32)

  • El pueblo fue a Betel y estuvo allí hasta la tarde ante Dios, levantando su voz y haciendo gran llanto, y decían: (Jueces 21, 2)

  • Los israelitas se compadecieron de su hermano Benjamín. Y se decían: "Hoy ha sido cortada de Israel una tribu. (Jueces 21, 6)

  • Las mujeres decían a Noemí: "Bendito sea el Señor, que ha querido que no te faltase un heredero y que el nombre del difunto se conserve en Israel. (Rut 4, 14)

  • Las vecinas decían: "A Noemí le ha nacido un hijo". Y lo llamaron Obed, que fue el padre de Jesé, padre de David. (Rut 4, 17)

  • Los filisteos tuvieron miedo, porque decían: "Ha venido Dios al campamento. ¡Ay de nosotros! Esto no había sucedido nunca. (I Samuel 4, 7)

  • Estando en trance de morir, los que estaban presentes le decían: "No tengas miedo, que has dado a luz un hijo". Pero ella no respondió ni hizo caso; (I Samuel 4, 20)

  • Entonces trasladaron el arca de Dios a Ecrón. Y cuando el arca de Dios llegó a Ecrón, los de Ecrón gritaban y decían: "Han traído aquí el arca del Dios de Israel para matarnos a nosotros y a nuestro pueblo". (I Samuel 5, 10)


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